La Guardia civil del destacamento Marítimo de Fuerteventura en colaboración con el Servicio de Guardapescas perteneciente a la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, el pasado 1 de febrero procedieron a denunciar a una persona de 43 años de edad pescador recreativo sin antecedentes, por poseer la cantidad de unos 36 kg. de pescado variado en una nevera portátil en el interior de un vehículo. El citado pescador se disponía a embarcar con su vehículo en uno de los ferris que cubren la línea Corralejo –Playa Blanca Lanzarote.
Los agentes intervinientes realizaron la correspondiente inspección del interior del vehículo, encontrando en su interior una nevera portátil en la que había casi 36 kg de pescado variado entre viejas, samas roqueras, abades y meros, destacando entre ellas una de las piezas, siendo un mero de unos 23 kg, estando limitado a 10 kg el transporte de pescado entre islas por pescadores recreativos. Dichas piezas habían sido capturadas en la modalidad de pesca submarina, sin poder determinar la zona. Además el infractor había sido denunciado anteriormente por capturar especies no autorizadas realizando pesca submarina en Lanzarote.
Asimismo, el mero de 23 kg se depositó en la Cofradía de Pescadores de Corralejo a la espera del resultado de la prueba diagnóstica de la ciguatoxina, siendo ésta toxina marina microscópica que se va acumulando a través de la cadena alimenticia donde los peces más pequeños son comidos por lo peces más grandes. De esta forma, los peces de mayor tamaño son los que podrían contener mayor cantidad de toxina y por lo tanto, ser más tóxicos.
Ciguatera
Es importante destacar que esta toxina no se elimina por ninguna técnica de conservación o cocinado (congelación, marinado, ahumado, frito, cocido, horno o plancha). El consumo accidental por parte del ser humano de especies con altos niveles de ciguatoxina suele venir asociado con problemas gastrointestinales, cardiovasculares y neurológicos. Por esta razón, la prevención es imprescindible, basada en controlar en los Puntos de Primera Venta (PPV) los productos de la pesca fresca extractiva susceptibles de ser portadoras de ciguatoxinas antes de su incorporación a la cadena alimentaria.
Las especies susceptibles son las siguientes y se deberá realizar la citada prueba con pesos iguales o superiores a los indicados: Medregal 13 kg, Mero 12 kg., Pejerrey 9 kg., Abade 7 kg y Peto 35 kg.
En caso que los pescadores recreativos capturen las especies con los pesos iguales o superiores a los que se han descrito, se recomienda que se lleve a analizar a un laboratorio o que no se consuma.
La colaboración con el Servicio de Guardapescas perteneciente a la Consejería de Transición Ecológica, lucha contra el cambio climático y planificación del Gobierno de Canarias fue fundamental, siendo un servicio conjunto con el Destacamento Marítimo de la Guardia Civil.