Este martes falleció un varón de 70 años ahogado en la Playa de Guacimeta sobre las 17:00 horas. Un agente de la Guardia Civil que llegó a la zona para practicar wingfoil se encontró con la situación. Un amigo suyo que estaba intentando ayudar a encontrar al hombre desde hacía media hora le contó qué había ocurrido y le mostró su nerviosismo e indignación por la "inacción de los dos socorristas que había en la playa", explica el agente.
Además, el agente ha manifestado a La Voz que "los socorristas no están preparados y el que estaba en la zona no sabía ni lo que tenía que hacer". Asimismo, critica que tampoco "tenían medios", ya que solo tenían un salvavidas.
El guardia decidió meterse al agua para ayudar en la búsqueda del fallecido, ya que tras adentrarse en el agua, se le perdió la pista. "Cogí la vela y la tabla y comencé a buscarlo hasta que encontré el cuerpo sin vida del hombre a dos millas de la costa, es decir, a tres kilómetros aproximadamente", comenta. Aparte del agente, dos amigos suyos, Isaac y José Luis, colaboraron también en la búsqueda del fallecido.
El agente tuvo la idea de buscarlo en dirección del viento que soplaba con una fuerza de 25 nudos, lo que facilitó dar con él. "Lo encontré flotando boca arriba en posición de cruz y en un principio pensé que el hombre estaba así para ahorrar energía y que estaba vivo, pero cuando me acerqué y vi que le pasó una ola por encima ya me di cuenta que estaba sin vida", aclara el rescatador.
Tras encontrarlo, el guardia civil se tiró al agua para poder llevarlo a la playa pero no pudo subirlo a la tabla porque el fallecido pesaba demasiado. Por ello, tuvo que agarrarse a la tabla y sujetar al hombre para que no se lo llevara la corriente.
Después de esperar unos 15 minutos, llegó una zodiac de los bomberos con los que ya consiguieron llevarlo al muelle de Arrecife en parada cardiorespiratoria donde finalmente el personal del Servicio de Urgencias Canario confirmó su fallecimiento.
El agente de la Guardia Civil apunta que "fue bastante duro volver, ya que teníamos que ir contra el viento" y que tuvieron suerte porque "nos podía haber pasado algo también a nosotros y quedarnos vendidos", finaliza.