Jugó una apuesta de cuatro euros, y el capricho del azar, ha convertido esa pequeña suma en otra nada despreciable : 461.473 euros. Es la primera vez que la Imprenta Vargas, dedicada desde hace años a la venta de lotería en el barrio arrecifeño de Valterra, da un premio tan sustancioso, que en mayor o menor medida, ha cambiado la vida del premiado o premiada. En qué los va a invertir es todavía un secreto, porque aún nadie se ha pasado por el establecimiento para reclamar el premio ni para exhibir orgulloso esa mágica combinación ganadora.
Elimaida Vargas no ha sido la afortunada, pero muestra casi tanta satisfacción como la que pudiera tener el acertante. Es la lotera, y la que probablemente convirtió su apuesta de seis números en un boleto premiado que le entregó en mano. "Espero que se pase para verle la cara de felicidad, porque es algo que alegra a cualquiera". "Para un lotero entregar un premio es una ilusión con la que te levantas cada mañana. Poder hacer feliz a la gente", reconoce Elimaina, que ha repartido ya alguna cuantía, aunque nunca tan importante como la de ahora.
Los trabajadores de la Imprenta Vargas han pasado una mañana expectante esperando que cada nuevo cliente fuera el afortunado. Los asiduos han recogido la noticia también con satisfacción y muchos se han acercado para comprobar si su boleto era el premiado, mientras un gran cartel, anunciando la dicha, les daba la bienvenida al nuevo establecimiento de la suerte.