La periodista e investigadora Olga Rodríguez ofreció esta pasada semana una charla coloquio en la Casa Museo José Saramago de Lanzarote para explicar la situación en la que se encuentra el Estado de Palestina y cómo el genocidio llevado a cabo por Israel está cambiando el panorama internacional. La comunicadora, especializada en información internacional, Oriente Medio y Derechos Humanos, ha trabajado como periodista en Palestina, Egipto, Líbano, Irak, Siria, Israel, Afganistán, Bélgica, EEUU, México y España y ha ofrecido una entrevista a La Voz para analizar la evolución del orden internacional y la normalización de la violencia.
Pregunta. ¿Cómo es posible que Israel esté cometiendo un genocidio en Palestina ante la mirada de todo el planeta y los países occidentales no estén reaccionando?
Respuesta. "Hay muchos países occidentales que han elegido apoyar a Israel y lo siguen haciendo, como Estados Unidos, que ha seguido durante catorce años proporcionando apoyo político, diplomático y militar con el envío de varios paquetes de armas a Israel. Además de haber vetado hasta en cuatro ocasiones un alto el fuego en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
En Europa, realmente hay muchos gobiernos que también siguen respaldando a Israel y las medidas de presión que se necesitarían para detener el genocidio en Gaza no se han aplicado en la mayor parte de los casos. Tenemos el ejemplo de la Sudáfrica del apartheid, donde se aplicaron una serie de medidas a nivel internacional que terminaron surtiendo efecto como, por ejemplo, el embargo de armamento, de comercio e inversiones que pudieran contribuir al apartheid. Entonces se suspendió a Sudáfrica como miembro de la Asamblea de Naciones Unidas hasta que cumpliera.
Aquí tenemos un dictamen de la Corte Internacional de Justicia del pasado mes de julio en el que pide a los Estados miembro de Naciones Unidas, que suspendan de manera inmediata el comercio de inversiones que puedan contribuir a la ocupación ilegal israelí.
La Asamblea General de Naciones Unidas sacó adelante en septiembre una resolución en este sentido exigiendo el fin de la ocupación ilegal en un plazo máximo de doce meses, es decir, hasta el próximo septiembre de 2025. Además pidió a los Estados miembro la suspensión inmediata del comercio e inversiones que puedan contribuir a la ocupación ilegal y España votó a favor. Lo pertinente es preguntar al Gobierno y a todos los gobierno del mundo que votaron que sí, ¿qué van a hacer para cumplir esto?".
"Lo que pasa en en Palestina es tan importante, porque está cambiando el mundo", expone la periodista Olga Rodríguez.
Pregunta. Estamos viviendo una vulneración de derechos a tiempo real en Palestina, ¿hemos normalizado que se vulneren los derechos humanos?
Respuesta. "Realmente se está normalizando porque, de hecho, el mensaje que queda de fondo es 'se puede hacer y no pasa nada' y, por eso es lo que pasa en Palestina es tan importante, porque está cambiando el mundo. Se están ampliando espacios a la impunidad de manera muy peligrosa. Esto se habla con mucha preocupación en los circuitos internacionales, en La Haya, en Nueva York, en Naciones Unidas o en Ginebra.
El mensaje de Occidente es que 'no hay que evitarlo, hay que apoyarlo y, por tanto, 'hoy son los palestinos, mañana podemos ser nosotros'. Esta es la conclusión, el mensaje implícito.
En 2022, con la invasión ilegal de Ucrania por Rusia, Occidente rápidamente reaccionó con sanciones, con suspensión de relaciones y con la exigencia de arresto de Vladimir Putin, que llegó en un tiempo récord, muy rápido. El doble rasero lo están viendo las sociedades del mundo porque no ha transcurrido el tiempo suficiente para olvidarlo. La gente está percibiendo un derecho internacional de quita y pon, que solo se aplica a los adversarios de Estados Unidos y de Europa. [...]
La pensadora, escritora y periodista judía canadiense Naomi Klein llama a lo que está sucediendo 'genocidio ambiental' porque realmente se ha pretendido que lo normalicemos como si fuera un mero ruido de fondo. [...]
"No hay mayor ingenuidad que pensar que el mundo va a mejorar a través de la guerra", señala la experta en información internacional, Oriente Medio y Derechos Humanos.
Pregunta. Y en el caso de la ruta Canaria o la Mediterránea, ¿la vulneración de derechos de las personas migrantes se está normalizando?
Respuesta. "Otra de las características de nuestro tiempo es la deshumanización y las políticas institucionales racistas contra las personas migrantes, pero también estamos viviendo en algunos países ese odio hacia la propia población autóctona, asumiendo lo que en términos sociológicos se conoce como 'población sobrante' y que, por tanto, no hay que aplicar políticas de compensación, ni de ayuda o de servicios sociales.
Es lo que Hanna Arent llamó la banalidad del mal, que está aquí y nos está diciendo, según estableció la Cumbre de la OTAN, que la migración es una amenaza híbrida que requiere aumento del gasto en defensa, igual que el terrorismo. Esto es comprar el marco enterito de la extrema derecha con respecto a las personas migrantes. [...]
Hay una normalización de un trato hacia personas migrantes que es impropio de los cánones de los derechos humanos. A día de hoy, la propia Europa externaliza fronteras para que las personas migrantes mueran cada vez más lejos de nuestros territorios y de nuestras conciencias, establecer rutas cada vez más peligrosas. [...]
Esta es una realidad de lo que ocurre y en vez de tratar de imaginar un modelo diferente de planeta, en el que haya más dinámicas de respeto mutuo, políticas que no sean excluyentes, aquellos que son belicistas suelen señalar y ridiculizar los discursos de paz, diciendo que son ingenuos cuando resulta que no hay mayor ingenuidad que pensar que el mundo va a mejorar a través de la guerra".
Pregunta. ¿Qué papel tienen las potencias mundiales como Estados Unidos, Israel o Rusia en la radicalización de ciertos grupos sociales y el nacimiento de grupos extremistas?
Respuesta. "En el caso de Estados Unidos es una potencia que ha intervenido muchísimo en Oriente Medio. Sabemos que en su día armó a grupos islamistas en Afganistán de los que posteriormente surgirían los talibanes, lo hizo precisamente para luchar contra la URSS en Afganistán. Posteriormente ha habido estrategias similares en Irak, se les entregó dinero y armas a grupos islamistas para contrarrestar el avance de milicias pro iraníes.
En el caso de Hamás, Israel para contrarrestar la fortaleza de grupos de izquierdas, grupos laicos palestinos y del propio Arafat, dejó hacer a Hamás, nacido al calor de la primera entifada Palestina y, en ese sentido, hubo un empeño de dar espacio a esta formación islamista para contrarrestar la fortaleza que tenía en estos momentos estos grupos.
Mientras que Rusia apoyó hasta el final al régimen de Bashar al Ásad, pero tiene otro frente abierto que es su invasión ilegal en Ucrania en la que se está centrando. Este es el juego, la intervención de Rusia en Siria es clara, no solo con el apoyo al régimen de Siria, sino con una gran alianza en Irán. El resto de la zona es con gobiernos, dictaduras en muchos casos, muy marcadas por la influencia estadounidense y por la acción estadounidense en la región.
Es un Juego geopolítico peligrosísimo con secuencias terribles, que siempre una y otra vez vemos que pagan los pueblos de la región".
"Israel busca esa escapada porque es en la guerra donde puede conseguir lo que el derecho internacional le niega", indica Rodríguez.
Pregunta. Se habla cada vez más de una escala armamentística y de la posibilidad de una guerra nuclear o una tercera guerra mundial, ¿es realmente posible?
Respuesta. "Estamos en un momento en el que se está normalizando la vía de la guerra. Se nos presenta la vía de la guerra como única opción y se está apostando por la vía belicista en muchísimos escenarios, no solo en Oriente Medio. También se apuesta por la perpetuación de la Guerra de Ucrania, vemos que ni siquiera se quiere hablar públicamente de la necesidad de cauces de negociación y de paz, lo cual nos da una idea de el empeño en seguir por un único cauce. [...]
Hay un riesgo de que salte una chispa, de que se produzca un accidente o un aumento de la tensión. Además en el caso de Oriente Medio, Israel busca esa escalada porque es en la guerra donde puede conseguir lo que el derecho internacional le niega, que es la extensión de su ocupación y la anexión de nuevos territorios.
Hay un riesgo de que se produzca una tensión mayor que podría llevar sin duda alguna ca una consagración. Ya estamos viendo en realidad escenarios de guerra donde intervienen grandes potencias internacionales, donde están interviniendo directa o indirectamente potencias como Rusia o Estados Unidos, como en Oriente Medio.
"Cuanto más guerra haya más empobrecimiento para los pueblos. Las guerras siempre las pierden los pueblos, las ganan los que se enriquecen con ellas, que son una minoría"
Esto es un juego muy peligroso. Se está jugando con la posibilidad de un riesgo de guerra mayor, que no me atrevo a llamar tercera guerra mundial porque si llegara la tercera guerra mundial, pues probablemente sería un modelo muy diferente al que podemos imaginar en la Segunda Guerra Mundial, pero con un nivel de empeño en más gasto en Defensa que va a perjudicar a las sociedades, porque eso implicará menos gasto en políticas sociales y de hecho ya está ocurriendo muchísimos países.
Esto implica más riesgos para la ciudadanía, porque cuanto más guerra haya más empobrecimiento para los pueblos. Las guerras siempre las pierden los pueblos, las ganan los que se enriquecen con ellas, que son una minoría. Por ello, debemos exigir a los dirigentes internacionales y nacionales vías para la paz".