Mustapha Ben Hassan, un cocinero residente en Lanzarote lucha por conseguir curarse tras sufrir un accidente de tráfico en noviembre de 2019. El hombre, de 45 años, conducía su coche de camino al Aeropuerto César Manrique cuando el conductor de otro vehículo se saltó un stop e impactó lateralmente contra el suyo. Un desafortunado incidente que le provocó un dolor lumbar tras el que no podía realizar movimientos de flexión, rotación de cadera ni tampoco sentarse. Un suceso que no le permite llevar a cabo las labores como chef desde hace casi cinco años, según señaló un informe de un perito, y por el que ha pedido la incapacidad permanente. Una petición que le ha sido denegada en varias ocasiones.
En noviembre de 2019 su médico le dio la baja laboral por diferentes causas médicas. Durante todo su proceso de recuperación, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para que le extirparan de forma parcial el coxis el 16 de noviembre de 2021. Una intervención que posteriormente le produjo una infección, por la que después de tres semanas, tuvo que ser nuevamente operado quirúrgicamente de coxectomia y drenaje, el 26 de noviembre de 2021.Desde ese momento, ha tenido que someterse también a siete infiltraciones, siendo diagnosticado de un cuadro de lumbalgia altamente invalidante (Luxación de Coxissacroileitis izquierda y absceso presacro y osteomielitis de coxis)
A día de hoy, algunos informes médicos determinan que necesita la incapacidad absoluta, como el emitido por la Unidad de Dolor del Molina Orosa en enero de 2024. Durante su tratamiento en la unidad médica le confirmaron que solamente había tenido una mejoría del 40 %. Desde hace años vive con molestias que no cesan aún tomando medicación más fuerte. Prueba de ello han sido las continuas visitas a Urgencias y a consultas médicas durante todo el 2022. Ha acudido al Hospital Molina Orosa en doce ocasiones, según han informado los documentos médicos aportados por el demandante.
"Me han dicho que no mejoro con las infiltraciones y no pueden hacer nada para mandarme a Gran Canaria", ha revelado a La Voz. También presenta una herida abierta en la zona interglutea, algo que le impedía estar en su puesto de trabajo en contacto con los alimentos. Además, ya le advirtieron que las varias operaciones de coxis, "no iban a quitarle el dolor totalmente", ha relatado.
El afectado inició un proceso judicial para lograr la incapacidad permanente e incluso demandó a la la Seguridad Social pero los juzgados le desestimaron la petición. El perito presente en la vista terminó declarando que la luxación del coxis no era susceptible de generar las molestias para no poder estar en el puesto de trabajo. "Las lesiones no alcanzan un grado suficiente de disminución de su capacidad laboral", acabó argumentando la sentencia. Además, se remarcó que la causa de las molestias que le imposibilitaban ir a trabajar era la herida, que no guardaba, a su juicio, relación con el accidente de tráfico. Una decisión judicial sobre que recurrió pero volvió a quedar desestimada.
En 2020 la aseguradora le dio el alta, ya que no acreditaba que las patologías que sufría fuesen definitivas, por lo que, aunque los dolores persistan, el acceso a una atención costeada no sería una alternativa para el afectado. La única opción que proponían era darle la incapacidad temporal, siempre y cuando se agotaran todos los tratamientos curativos posibles.
Con tres hijos y sin poder moverse de la cama
El afectado ha explicado a La Voz que necesita tener la incapacidad permanente ya que no poder acudir a trabajar. "No me puedo mover de la cama. Llevo dos años y medio con una infección dentro del coxis y tengo calambres todos los días", ha desvelado.
"Tengo tres hijos y llevo cuatro años sin trabajar", ha declarado entre lágrimas. Un hecho que le desborda. "Me dicen que no tengo nada, pero sigo notando dolor", ha asegurado. Por ello, reclama atención fuera de la isla con una maquinaria para poder sobrellevar los dolores, aunque llevan un año para derivarle a la isla vecina. "Quiero que me lleven a Gran Canaria a tratarme", ha apuntado. "El traumatólogo me dice que la maquinaria para operarme le cuesta 25.000 euros a la Seguridad Social aquí en España".
"Mi familia ha tenido que irse a la Península y me he quedado aquí con mi hermano", gracias al que, junto con vecinos, amigos y conocidos, ante la negativa a tratarle aquí en Canarias, ha podido recaudar un dinero para acudir a una consulta de neurocirugía para pedir una segunda opinión en Marruecos, su país de origen. Muy a su pesar, los médicos le han indicado que tiene que pagar un tratamiento privado que económicamente no puede asumir. "Tendría que pagar 37.000 euros", ha revelado.
Admite que a día de hoy lo único que desea es "curarse del todo" para poder volver a entrar dentro del mercado laboral y "seguir trabajando", ha confesado al periódico.