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Nuevos cuentos se suman al concurso de microrrelatos de Radio Lanzarote

La Voz publica una nueva remesa, de los relatos recibidos en los últimos días?

Nuevos cuentos se suman al concurso de microrrelatos de Radio Lanzarote

La cuarta edición del certamen de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero continúa recibiendo textos de los participantes, que pueden concursar hasta el 31 de agosto, enviando los relatos al correo electrónico concursorelatos@lanzarotemedia.net.

Los relatos no pueden superar las 100 palabras, título incluido, y tienen que incluir una historia de terror o de miedo, en la que también esté presente la radio. Por participantes, se pueden enviar un máximo de cinco cuentos. 

Estos son los últimos relatos recibidos: 

 

Radiopatía


Autor: Ignacio Pacheco Cabrera

Te he querido ver morir tantas veces, que no sé si estar así a tu lado es real, o soñando estoy. Dime amor que si ahora me quitara esta piedra que penetra en mi cabeza, me verías como antes y la sangre desaparecería de tus manos, dejando tan límpida tu alma como la mía que pronto ha de descansar; que este calor, que recorre mi cuerpo, no se quedará contigo, porque es mi vida en su renacer; que no soy yo, quien se va, sino tú, a quien la muerte abraza en vida... gracias... al uranio de tu desayuno".


La voz


Autor: Tesis

"Son las tres, las dos en Canarias". El murmullo lejano de la radio la despertó en plena madrugada. Tardó unos instantes en ubicarse. Sentada en la cama se dio cuenta que el sonido venía de la cocina. Se levantó de un salto, convencida de que su marido había olvidado apagarla. Apenas había dado tres pasos cuando recordó que nunca habían tenido radio en la cocina y sin embargo, la voz del locutor procedía de allí. Un sudor frío recorrió su cuerpo. Sobre la encimera había un transistor que nunca había visto antes: "¿Sabes quién soy?", susurró la voz.
 

Pronto te veré


Autor: Tesis

Había llorado tanto su pérdida que cuando escuchó su voz a través de la radio, no podía creerlo. Un brutal accidente lo había arrancado de su vida hacía tres años, dejándola sola. Sin nada. Ahora, tanto tiempo después, volvía a escuchar su inconfundible voz. "Pronto te veré". Sólo tres palabras. Era su voz la que había sonado por encima de la de Julia Otero. Era su voz y se dirigía a ella. El miedo se transformó en lágrimas de esperanza. Al día siguiente, cuando encontraron su frío cadáver sobre la cama, sus ojos seguían llenos de lágrimas.
 

La llamada


Autor: Tesis

Toc, toc, toc. Tres golpes secos. Oscuridad absoluta. ¿Quién llamaba a su puerta en mitad de la noche? Toc, toc, toc. Llamaron de nuevo. De lejos, le pareció oír una radio. Debía levantarse, y sin embargo, sus piernas no respondían. Abre la puerta, se ordenó a sí misma. No podía moverse y la oscuridad le impedía ver nada. ¿Dónde estaba? Aquella no era su cama. Su mano acarició el terciopelo suave de lo que parecía ser una caja. Toc, toc, toc... De golpe, lo supo. Eran los muertos los que venían a sacarla de su ataúd.
 

Ábreme


Autora: Alejandra Rodríguez

Mientras la miraba a través de la ventana volvió a sentirlo, ese escalofrío, esa sensación en el hombro, fría como el hielo, se giró, pero no encontró a nadie, nunca logró adivinar quién o qué lo tocaba, pero sabía lo que significaba, debía volver a hacerlo. No recordaba la última vez que había sido dueño de sus actos...Sintió decaer, él no quería hacerlo, no quería ser el asesino del que hablaban en la radio, pero ahí estaba, esa voz en su cabeza y esa sensación fría en el hombro que lo obligaban a seguir... y tocó su puerta...
 

Su fin


Autor: Drake

Nunca una voz fue tan gráfica como aquella temblorosa y dubitativa. Su pulso, podía contarse a través de las ondas y su timbre, se había acercado al horror.

Fueron sólo unos segundos, escasos pero eternos.

Coches que paran al borde de la carretera, cafeteras que quedan a medio cerrar en la cocina, cucharillas que dejan de girar el café, hasta que un estruendo fue capaz de publicarlo.

Su vida había terminado. Así lo quiso ella.

Aún le es imposible dar paso a una llamada, sin revivir el miedo a encontrar la muerte en antena por segunda vez.
 

Insomnio


Autor: Dúo

"Espacio en Blanco" de RNE le hacía compañía todas las noches. Las historias de fantasmas, ovnis y antiguas civilizaciones lo ayudaban a conciliar el sueño, aunque no era exactamente "dormir" lo que hacía desde hacía años en esa vieja cocina. Allí, sobre la mesa, lleno de polvo y telarañas, estaba el transistor de la difunta Anuka, la cocinera aficionada a las telenovelas. En su actual estado, esa radio sin pilas constituía su única diversión, porque la terrorífica verdad es que era muy aburrido ser un fantasma.
 

Promesa


Autor: Dúo

"Cumple tu promesa cuando escuches la noticia". La nota le había llegado esa mañana. No venía firmada, no hacía falta. La noticia había saltado pocas horas después en Radio Lanzarote: "Pedro Lucciano, el gran pintor surrealista, ha muerto"

Cansada y furiosa, comprobó que era la primera en llegar al bungalow. Lucciano se había ocupado de que así fuera. Lo encontró en su cama y sin titubeos ni remordimiento, cerró la válvula de oxígeno. Fue fácil cumplir su promesa.
 

Desaparecidos


Autora: Sheila O.p

Cada noche más gente de Lanzarote desaparece. Nadie sabe la razón. Cada día en la radio se escuchan los nombres de las personas desaparecidas. Los ciudadanos se esconden en cuevas, cualquier escondrijo es válido para no ser encontrados. Muchos de ellos no los vuelves a ver más. Nadie puede librarse de ser descubiertos y de desaparecer, excepto en la noche de Luna llena. En esa noche los conejeros pueden vivir en paz, al menos por un día más.

Esta es la historia que vivo día tras día. Mis amigos y algunos familiares han desaparecido. ¿Serás tú el siguiente?
 

Sin Título


Autor: Ignacio Pacheco Cabrera

Cada vez que se sienta a comer un filete se acuerda de ellas, tan jóvenes y sabrosas. Amordazadas y atadas de pies y manos se estremecían cuando recorría, con la punta del cuchillo, primero su lecho de piedra y luego su cuerpo desnudo, mientras por la radio escuchaban la noticia de su desaparición. La tensión sucumbía bajo el primer corte, preciso, en el cuello. Lentamente se desangraban hasta perecer por falta de fuerzas. Al final, casi le daban las gracias con su mirar.

--Suena el timbre-

¡Uhm! Esta llega antes de tiempo... bueno, la invitaré a comer carne fresca, sí.
 

Sin título


Autor: Antonio Teruel Calero

Su voz estaba reforzada de esperanza. "Luchad por nosotros". Nada había para ellos, ¿qué podríamos decirles...? Bajarían sus brazos para luego juntar sus manos y contener el último hálito. La comunicación por radio se perdía, el transmisor quebró aun más su voz: "abrazad... a los nuestros"... se oían las palabras más amadas a dios, rezándole espacio en su hogar. A casi tres mil metros de altura, descendiendo al extenso océano sin control, se terminó nuestro diálogo. Tan solo escuchaba su respiración intermitente, seguido de las palabras "Danger...Danger"... que no aplacaba de repetir incesantemente aquel Boeing 747.

 

Sueño


Autor: A.H.R.

Estoy despierto, parece… ¿sigo en mi tienda? es un sueño, seguro,  ¿por qué oigo la música de la radio de Laura?, vuelvo a dormirme…estoy incómodo, hace frio,  no es mi saco de dormir, ¡qué espacio tan pequeño!, dolor en el costado, algo pegajoso me corre por la cara, ¡sangre!, ¡pánico!,  quiero despertar… pero sigo oyendo la dichosa sintonía… lo último que recuerdo fue la copa que me ofreció antes de irme a la tienda…siento que me arrastran, piedras, ramas  que golpean mis piernas, me empujan... alargo las manos, aire... vacio…, oigo: ¡adiós¡… odiosa musiquita… vuelvo a dormirme…

 

Derrota


Autor: A.H.R.

Cuando aquel barco apareció  como salido de la nada en la bocana del muelle, un escalofrío me recorrió, no avanzaba normalmente y terminó abalanzándose sobre el pantalán con furia inusitada, nadie a bordo… solo una  antigua melodía a través de la radio, la comida en la mesa, el vino servido y el rumbo trazado como esperando… lo dejamos, nos fuimos, intrigados esperando resolver el misterio otro día….nada…al acudir por la mañana, nada… solo el regusto a algo antiguo que dejó aquel cascarón errante que se había precipitado hacia nosotros como una amante infiel para dejarnos también al día siguiente.

 

Agonía


Autor: Iván Frías

Un mundo que se llena de miedos. Nuestras vidas dirigidas por extraterrestres avariciosos. Una radio que genera multitudes de noticias de estos extraños personajes los cuales dirigen nuestros destinos a una inmensa oscuridad a la par de que ellos mejoran el suyo. En la radio suenan y suenan unas sintonías, un ruido atroz que inundan un planeta, que pasa es la hora ha llegado el momento de tus obligaciones para votar en las elecciones, tienes que elegir a otro candidato, otro personaje que juegue con tu vida, sin llegar a tener libertad para poder negarte sin libertad para expresarte.
 

Sin título


Autora: Maite Sasia Vergara, Chile

Cuando el sol se apagó lo único que se escuchaba en las casas asustadas era el sonido de la radio.

Los demás le dijeron que el astro no volverá, que debe tomar sus cosas e irse, como se están yendo todos.

A buscar otro.

Pero ella no lo hará.

Se quedará sentada en el mismo sillón, mirando por los mismos vidrios, escuchando la misma radio hasta que él aparezca.

Hasta que el sol que tantas veces la cubrió y enardeció vuelva a emerger por su ventana.

Lo único que la inquieta, es que siempre le tuvo miedo a la oscuridad
 

¡Horror!


Autor: Antonio Fernández Casanova

Al amanecer, me acerco al mar y no me olvido de llevar la radio, que la bauticé como "mi hormiguita". Camino por la orilla y observo las olas, escuchando la radio oigo noticias horribles, el bombardeo de Gaza por Israel, se me ponen los pelos de punta y me pregunto, ¿Donde está la humanidad?; Cuando en un momento observo algo flotando en el agua y al acercarme veo que es una persona ahogada, me quedo perplejo y aterrorizado, como una bala apago la radio, y llamo al 112, enseguida llegan y se llevan el cuerpo de la desafortunada mujer.
 

Espectros


Autora: Ana Serna Quesada

A su bisabuela se le ha espantado el sueño. Cree haberla oído deambular por la casa. Escucha dar las tres en el reloj de campana y suena una canción en la radio. Sin embargo, es extraño, pues ninguno de los dos funciona desde la muerte del patriarca. La sigue a través del oscuro patio. En la habitación de su fallecida tatarabuela, la radio emite un bolero que tararea una voz familiar y anciana. Huele a humo y a tabaco. Ahora puede verlos y un alarido ensordecedor inunda la estancia. Ellos gesticulan y la zarandean desesperados como diciendo: ¡Aléjate! ¡Regresa!