El proyecto para el estudio y recuperación del guirre (Neoprhon pernocterus) en Fuerteventura ha registrado los mejores balances desde que se puso en marcha en 1999, y ha permitido que 5 parejas reproductoras se asienten en la isla de Lanzarote, que se suman así a las 55 parejas reproductoras ya consolidadas en Fuerteventura. En total, son ya 60 parejas de estos buitres o alimoches, frente a las 20 que subsistían en Fuerteventura en 1999.
El director de la Estación Biológica de Doñana, José Antonio Donázar, explicó que "actualmente calculamos unos 270 ejemplares de distintas edades entre ambas islas, las únicas de Canarias donde se conserva esta especie", que está considerada en peligro de extinción en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias. Donázar se reunió este pasado miércoles con la consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura, Natalia Évora, para hacer balance del desarrollo de la actual campaña de reproducción y anillamiento de pollos, que culminará en julio.
Natalia Évora subrayó que "en los últimos años no se han detectado casos de envenenamiento, y eso ya es un dato positivo. Las medidas de señalización de tendidos eléctricos también están dando un buen resultado, ya que han conseguido disminuir de forma muy importante los accidentes". El trabajo de 2014 contabilizó 35 nuevos pollos que han conseguido sobrevivir un año después, el de 2015 será también muy similar o incluso superior, triplicando el número de nuevos ejemplares que se registraba hace sólo unos años.
El balance del trabajo de recuperación desarrollado hasta ahora "demuestra que frente al peligro de desaparición del guirre que sufríamos hace poco más de una década, actualmente la población se encuentra estabilizada en Fuerteventura, con 55 parejas reproductoras y en proceso de re-colonización natural hacia la isla de Lanzarote, con 5 parejas, cuando sólo llegó a haber una pareja localizada en el archipiélago Chinijo", inciden desde el cabildo majorero.
Sobre la colonización natural de Lanzarote, el investigador José Antonio Donázar apunta que "tiene sentido, considerando la densificación que ha experimentado la especie en Fuerteventura, una vez que la población se ha recuperado en la isla".
Alta tecnología para seguir la recuperación
Natalia Évora y José Antonio Donázar hablaron también del proyecto de marcaje de los nuevos ejemplares nacidos este año. Hasta el momento, se ha conseguido marcar 27 pollos, instalándoles un emisor de GPS que permite hacer un seguimiento permanente. Durante los próximos meses, se prevé poder llegar a marcar al menos otra veintena de ejemplares. "El seguimiento por GPS es muy útil, no sólo porque nos permite localizar cada ejemplar, sino porque define las rutas habituales y los espacios en que desarrolla su vida, de manera que nos orienta a la hora planificar actuaciones para no incidir sobre sus hábitats", destacó la consejera de Medio Ambiente majorera.
Los estudios genéticos realizados sobre la especie en laboratorio han permitido determinar que la de Fuerteventura es una especie de alimoche que ha evolucionado de manera aislada con respecto a otras. "Ya en las crónicas de la conquista recogidas en Le Canarien, se habla de ‘unos pájaros blancos que se comían las inmundicias’", explica la Corporación insular de Fuerteventura. Para Donázar, es "lógico que según el comportamiento humano el guirre se encuentre en una situación u otra según el momento". Por ejemplo, la natalidad experimentó un descenso significativo en el año 2012, que se estima fue debida a la acusada sequía y a la aplicación de la normativa que obliga a la retirada del campo de los cadáveres del ganado muerto.
Además de los tendidos eléctricos y del veneno, la supervivencia del guirre ha estado siempre muy relacionada con las molestias generadas por la actividad humana, la acción de depredadores como gatos y cuervos, la afección de patogénos a los que la especie es vulnerable, posiblemente por su escasa variabilidad genética, o a la presencia en el organismo de los individuos de elementos tóxicos contaminantes persistentes como el plomo, que se transmiten de generación en generación.
El ‘Ave Fénix’ de los Majos
El 'guirre' es el nombre de raíz aborígen con el que se denomina en Canarias al alimoche. Es la única especie de buitre que vive en las islas, y la de Fuerteventura es además la población más meridional en la Unión Europea y la única perteneciente a la subespecie canaria (llamada Neoprhon pernocterus majorensis). El guirre es además la única rapaz carroñera de Canarias.
En Fuerteventura, tal como explican desde el Cabildo, este ave tiene, además, "una gran importancia cultural". "Muchas leyendas sobre este buitre, transmitidas por la tradición oral desde hace siglos, evidencian la consideración de ave sagrada que, sin duda, tuvo entre los majos antes de la llegada de los primeros europeos. Una de ellas, relacionada con el mito del Ave Fénix, asegura que cuando sienten la muerte, vuelan hacia el cielo y se desvanecen en el aire"