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La Villa se prepara para celebrar el Día de la Cruz

El Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Teguise prepara para el próximo domingo 3 de mayo los actos e iniciativas con motivo de la celebración del tradicional Día de la Cruz. Desde hace unos ...

El Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Teguise prepara para el próximo domingo 3 de mayo los actos e iniciativas con motivo de la celebración del tradicional Día de la Cruz. Desde hace unos años esta jornada es utilizada por los vecinos de la Villa de Teguise para engalanar las cruces que salpican el pueblo, una costumbre también conservada y emblemática en otros lugares como Santa Cruz de Tenerife, Granada o Santa Cruz de la Palma.

Para la ocasión vecinos del pueblo de la Villa se concentrarán a partir de las 17:30 horas del sábado en las instalaciones del Hoyo para iniciar las tareas de enramado y decoración de las quince cruces que se encuentran en la calles de la capital municipal. En la propuesta participan jóvenes y mayores.

El sentido de la celebración religiosa

Religiosamente, esta celebración parece tener su origen en el hallazgo por Santa Elena de la cruz donde murió Cristo, pero lo cierto es que el arraigo popular de la fiesta proviene de ciertos festejos de los romanos. La historia, con mucho de leyenda, narra como en el emperador Constantino I El Grande se enfrentó contra los bárbaros a orillas del Danubio, en una batalla cuya victoria se cree imposible a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tuvo una visión en el cielo en la que se le apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, "In hoc signo vincis" (con esta señal vencerás).

El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, Santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo.

Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y logró hallar el lugar donde se encontraba la Cruz, pero no estaba sola. En el monte Calvario, donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontró tres maderos ensangrentados ocultos y para descubrir cuál era la verdadera cruz donde falleció Cristo, colocó una a una las cruces sobre personas enfermas, e incluso muertos, que se curaban o resucitaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo. A partir de ahí nace la veneración a la Santa Cruz, ya que Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz.