¿Supone un impedimento la preservación del territorio para el desarrollo de investigaciones arqueológicas en Lanzarote?
Depende, por ejemplo el Parque Nacional de Timanfaya tiene un nivel de protección máximo. En alguna de estas zonas llevamos a cabo prospecciones superficiales con autorización. En realidad una excavación arqueológica no es un gran impacto, estamos hablando de catas de cinco metros por dos, como mucho. Lo que ocurre en la isla es debido a la presión urbanística,porque el ritmo que puede tener una pala mecánica o un tractor equivale a un año de trabajo de un arqueólogo,con un brochita y una pica pequeña. El impacto no es mucho. De hecho estamos rastreando la zona donde han estado sacando arena y laja para la construcción y hemos localizado restos arqueológicos debajo de la colada. Esa zona tiene mucho interés porque cuando corrió la lava, había sido parcialmente sepultada por ceniza, y por lo tanto hay mayor conservación de los restos porque la propia ceniza hace de colchón.
¿Qué interés real hay por parte de las instituciones de llevar a cabo estudios arqueológicos?
Contrasta que una isla que es Reserva de la Biosfera, del desarrollo sostenible, donde ha tenido una primacía el patrimonio natural, con los Centros Turísticos no haya invertido en el patrimonio cultural, que también es riquísimo. Yacimientos como el de Zonzamas, que es de los más importantes de toda Canarias, con recintos empedrados, casas abovedadas, casas rectangulares, y lo queda por excavar, ha quedado totalmente abandonado. Otro yacimientos como el de Rubicón, Papagayo, también con presencia del mundo aborigen hay yacimientos de bastante interés.
Además muchos se han descubierto de forma casual, realizando obras como es el caso de Zonzamas
Gran parte de las investigaciones en este último periodo vienen motivada por urgencias arqueológicas. Es el urbanismo, construcción carreteras y urbanizaciones lo que está poniendo al descubierto hallazgos casuales de gran envergadura y a veces tienen que hacerse trabajos con urgencia, no planificados y gran parte de esas investigaciones lo pagan empresas privadas. Ha llegado la hora de que la Administración reflexione sobre el patrimonio de las islas, porque es de una extraordinaria importancia. La geología de los ámbitos insulares tiene una importancia enorme, porque son como laboratorios culturales que quedaron aislados durante mucho tiempo. Esto hace que nuestras culturas aborígenes sean tremendamente originales.
Sin embargo ahora, con su planteamiento sobre la existencia de patrimonio bajo las lavas de Lanzarote sería posible panificar una investigación, ¿cree que se llevará a cabo?
Hay limitaciones objetivas de los trabajos arqueológicos en la lava. Primero porque no tenemos idea de lo que vamos a encontrar.En una zona donde no hay lava detectas los indicios perfectamente. Excavamos hace años en Teguise en un enterramiento y nos guiamos por el crecimiento de la hierba. Con la lava se pierden estas referencias topográficas. Yo puedo entender que en un radio de un kilómetro próximo al Volcán del Cuervo, me tropezaría con la aldea de Timanfaya, pero imagínate sacar 20 metros de lava. Es un trabajo imposible de llevar a cabo hoy en día. Otro tema sería aplicación de métodos sísmicos que podría detectar alteraciones, pero eso todavía escapa a las posibilidades tecnológicas actuales.
¿Y cuáles son las consecuencias de estos impedimentos para construir el relato histórico de Lanzarote?
Los grandes interrogantes que había hace 15 años siguen estando en Lanzarote. Lo más novedosos son los grabados rupestres en los que hemos estado trabajando en los últimos 15 años que son inscripciones alfabéticas tanto lírico berebere como una variante del latín, según entendemos, pero hay una polémica entre los que dicen son inscripciones neo púnicas. Esto abre un campo de investigación o bien de la población de la isla o de los contactos con el exterior. Recientemente han aparecido grandes canales labrados en las "montañas viejas" en los que están trabajando Julián Rodríguez y Nona Pereda del Cabildo.