Aurelia Cabrera (Yaiza), Antonio Betancort (Haría), Fernando Pérez (San Bartolomé)y Juan Suárez (Fuerteventura). Todos ellos llegaron a Altavista en los últimos 50 años, cuando el barrio era un erial y había muy poca gente. Ahora, después de muchos años y numerosas vicisitudes, han puesto en orden sus recuerdos y rememorado el Arrecife de antaño en un original pregón que dio inicio a las fiestas de San Antonio María Claret el pasado viernes.
A la lectura del pregón, que estuvo moderado por el locutor de Radio Lanzarote y también vecino de este barrio, Francisco José Navarro, acudieron numerosos familiares y amigos, así como el alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, el concejal de Festejos, Eduardo Lasso, el teniente de alcalde, Pedro de Armas, el director insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Orlando Suárez, y varios concejales del Ayuntamiento capitalino.
La primera en tomar la palabra fue Aurelia Betancort, que desde el fallecimiento de su marido hace ocho años no había pisado la calle. Aurelia llegó a Altavista desde Playa Blanca en bicicleta con su marido y se dedicó durante muchos años a recoger los desperdicios de la fábrica de pescado Lloret y Llenares, además de criar sus propios animalesque le daban la leche y el queso necesario para la casa.
Aurelia y su marido hicieron con mucho esfuerzo su casa en Altavista, en la que vive desde hace 56 años. Y, aunque era una época donde casi no había vecinos, manifestó que ya se empezaba a vislumbrar lo que es hoy el barrio de Altavista, con la llegada de muchas personas que se instalaban en esta zona de Arrecife. Asimismo, señaló que "a pesar de que no había luz eléctrica", durante esa época hizo "muchos trabajos de costura".
La historia de Antonio Betancort no es demasiado diferente a la de Aurelia. Antonio llegó a Altavista desde Haría en burro cuando en el "barrio no había nada". Antonio, muy nervioso durante toda su exposición, explicó que sus inicios fueron en la construcción donde trabajaba desde las siete de la mañana hasta que el sol se ponía ganando 30 duros semanales, "lo que por aquel entonces era un buen sueldo". Después, con la misma empresa se trasladó a Escaleritas, en Las Palmas, a donde se llevó a su mujer, y posteriormente a Hoya Fría, en Tenerife, a donde se trasladó solo.
Después, en una de sus visitas a la Isla, compró un solar en Altavista de 300 metros cuadrados yasí fue haciendo poco a poco su casa hasta hoy en día, donde sigue viviendo feliz con su familia.
Más educación
El majorero Juan Suárez, de 93 años, vino a Lanzarote desde Fuerteventura hace 48 años a trabajar en las Salinas del Janubio, donde permaneció siete años. Juan Suárezempezó a vivir en las 120 viviendas de Titerroy, donde el constructor le dejó ocupar una de las viviendas hasta que se terminara la obra. Una vez concluidos los trabajos, tuvo que abandonar la casa y se decidió por comprar un solar en Altavista, que fue haciendo poco a poco al tiempo que residía en el mismo y trabajaba en el muelle.
Juan Suárez llegó a Altavista cuando "no había nadie". Ahora echa de menos "más educación por parte de los jóvenes hacia los mayores", así como"una mayor limpieza y seguridad en los parques".
Por su parte, Fernando Pérez, el más joven de todos ellos, que ya no reside en Altavista, fue el presidente de la Asociación de Vecinos sobre los años 79-80 y el artífice de que hoy el barrio cuente con uno de los locales sociales más envidiados, la Sociedad de Altavista. La asociación, con 300 socios,inició las negociaciones para conseguir el solar de la Sociedad de Altavista, propiedad de Librada Díaz, cuando era alcalde de Arrecife Antonio Cabrera. Posteriormente, lo hizo con el Cabildo, consiguiendo finalmente todos los permisos para emprender una obra que se hizo a lo largo de todos los sábados del año con el trabajo de esos 300 socios.
Al final, los vecinos de Altavista tuvieron su ansiada Sociedad que tras la dimisión de Fernando Pérez sufrió algunos percances, pero que ahora, gracias al equipo de Juan Mena, el nuevo presidente de la asociación vecinal, ha vuelto a florecer y a convertirse en el lugar de reunión de los vecinos de este ahora populoso barrio.
Tras la lectura del pregón, los asistentes pudieron disfrutar de un tenderete canario con música en vivo a cargo de la familia Toledo de La Graciosa. Los cuatro pregoneros recibieron también un detalle por su participación en las fiestas de manos de sus nietos y el ex presidente de la Asociación de Vecinos de Altavista, Fernando Pérez, descubrió una placa con la fecha de apertura de la Sociedad y su nombre.La velada concluyó con un picoteo para todos los asistentes al pregón de las fiestas patronales San Antonio María Claret 2010.