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El Ayuntamiento concede a Eulogio Concepción y a Pedro Placeres los 'Premios Haría 2015'

Este galardón destaca el compromiso que estas dos personas han mostrado en el campo de la artesanía tradicional y el patrimonio cultural de la Isla....

El Ayuntamiento concede a Eulogio Concepción y a Pedro Placeres los 'Premios Haría 2015'

El Ayuntamiento de Haría acordó, en sesión ple­naria celebrada este sábado, 20 de junio, conceder a Eulogio Concepción Perdomo y a Pedro Placeres Alpuín los 'Premios Haría 2015', destinados a aquellas personas o instituciones con una trayectoria destacada y que han contribuido con su trabajo al progreso y desarrollo del municipio norteño.

Eulogio Concepción Perdomo, único cestero que mantiene vivo este oficio en la isla de Lanzarote, ha contribuido con su trabajo al mantenimiento de la artesanía tradicional como elemento fundamental de nuestro patrimonio cultural, mientras que de Pedro Placeres Alpuín se destaca su aportación fundamental al desarrollo y exportación de la roseta y la mantelería tradicional, propiciando así el desarrollo económico del pueblo de Mala.

 

Eulogio Concepción


Don Eulogio Concepción Perdomo mantiene la serenidad y tranquilidad que le aportan la seguridad de sus manos, cuando tejen con una extraordinaria habilidad y maestría todo tipo de objetos elaborados con el pírgano, nervio central de la hoja de palma.

Nacido el 17 de julio de 1933, en Güimar, Tenerife, su familia regresa al pueblo de Haría, de donde eran naturales, cuando él contaba apenas con un año de edad. Aprendió el oficio de cestero de su padre, primero observando detenidamente todos los pasos que eran necesarios para confeccionar las cestas y luego poniendo en práctica la aprendido.

A partir de 1963 compagina su labor como cestero con la de conserje del recién creado Club de Cultura y Recreo Amigos de Haría, hoy Centro Sociocultural La Tegala, donde permanece hasta su jubilación en el año 2000. La directiva del Centro y el Ayuntamiento de Haría le rindieron un emotivo homenaje por los 37 años de servicios el 22 de junio de 2004, nombrándole Presidente Honorífico.

En la actualidad, Don Eulogio Concepción es el único cestero que mantiene vivo este oficio en Lanzarote. Ha impartido numerosos cursos de cestería por toda la Isla, convirtiéndose, además, en el embajador de la artesanía insular al trasladarse a numerosas ferias en Canarias y en Europa. A lo largo de los años ha recibido destacados reconocimientos como el que le brindaron en la XVII Feria de Artesanía de Pinolere en Tenerife en el año 2002, donde le rindieron un respetuoso homenaje por su destacada y encomiable labor de difusión y mantenimiento de la artesanía tradicional.

 

Pedro Placeres


Don Pedro Placeres nace el 29 de junio de 1920 en el pueblo de Mala, donde transcurre su infancia hasta que abandona los estudios a los 13 años para ayudar a su familia en las tareas agrícolas. En plena Guerra Civil, y con tan solo 18 años, es movilizado para combatir en el frente nacional.

A su regreso a Lanzarote vive años difíciles donde la población insular sufre el racionamiento y la escasez de alimentos. Tras trabajar junto a su hermano en la carpintería de Luis Suárez, en Arrecife, su destino cambiaría cuando su cuñado, Don José María Perdomo Placeres, le propone hacerse cargo de la tienda de comestibles que regenta en el pueblo de Mala.

Se convierte así en un pequeño comerciante con habilidades innatas para los negocios, como así lo demuestra su incursión en otros sectores productivos en alza en ese momento en la Isla como el tabaco y la exportación de rosetas y productos artesanales relacionados con la confección de mantelería.

Puso en marcha un próspero negocio con el que dio trabajo a numerosas mujeres del municipio y del resto de la Isla en unos años en los que cualquier aportación económica que se realizara al seno familiar era fundamental para la alimentación y subsistencia de sus miembros.

Don Pedro Placeres, que también participó en el Gobierno municipal del Ayuntamiento de Haría, donde ejerció el cargo del concejal desde 1949 hasta 1972, estuvo al frente de esta actividad comercial cerca de 30 años, hasta que la mantelería tradicional hecha a mano no pudo competir con la industrial mucho más barata.