"¡Hola Isamar, amor mío¡
¿Cómo sigues mi vida? Aunque la verdad es que ya me lo imagino, no creas tú que no. Como cada mañana, en tu celda , al levantarte, habrás soltado el lazo de tu pelo, más rubio que el oro, y al salir al patio de tu cárcel, como siempre, todos los jilgueros de la vega en coro armonioso y para ti tendrán preparado un matinal concierto de liras y arco iris, los muy listillos, y tú serás tolerante y buena con ellos dejándolos saltar a la comba con los hilillos de tu melena, que es una radiante sol que los dioses del Olimpo dibujaron sobre tu frente -(techo de mis besos)- para realzar de luz y belleza tu cara de princesa?".
"Anda, mimosilla, escucha bien lo que te voy a decir: yo salgo al patio cada día con la cabeza muy alta. Mirando al cielo que es más azul que este recinto, donde sólo tengo puestos los pies. Papel y lápiz son mi único equipaje. Todo lo demás me sobra. La sonrisa siempre se pasea por mis labios, y para los ojos de mi cara, tú eres su único horizonte. Cada día en mis versos te pongo el vestido que mejor te queda. A veces, soy un pillín, me escondo por algún rincón y te desnudo. Me quedo embelesado mirándote. Corto una rosa de brisa y la pongo sobre tu pelo. Tú te sientes orgullosa y mujer y me premias con las mieles de tu sonrisa. Despeino y peino tu cabello y me paseo por tu piel...me pierdo en ti...de tus senos bebo el néctar de la vida que me deja embriagado y hago el amor contigo....juntos, subimos hasta el cielo, alcoba privada de seda y alamares, intimo lecho donde los amantes en noches estrelladas de luna llena echan a volar el colibrí del celo...".
"¿Sabes? Me acuerdo mucho de Óscar. Ocho años es una edad muy delicada. Difícil le será comprender que su mamá está en prisión, y aceptarlo, imposible. La gran suerte de este niño es que tú eres por encima de todo, madre y buena. ¡Escríbele a diario Isamar¡ Dibújale en sus cartas mariposas y palomillas blancas, para que al recibirlas les arrullen a su oído y le digan cuánto le quieres...Y no te preocupes tanto, que él está bien, y sabe que cualquier día de estos al abrirse la puerta de casa de la abuela en Madrid ?(siempre está pendiente de ella)-aparecerá su mamá cargada de besos y de juguetes, y correrá a tus brazos, tú ya los tendrás abiertos, y tal será el abrazo que, fruto del mismo, por vuestra mejillas surcarán lagrimas que yo he de eternizar en un poema, y así, cada vez que lo leáis sabréis que habéis nacido el uno para el otro y nada, absolutamente nada ni nadie en este mundo volverá a consentir que os separéis.
Y ya, ya me encargaré yo de que nuestra estancia aquí sea corta y pueda llegar pronto ese día. Somos una joven pareja y ya hemos pagado con creces nuestro error. Sólo un día en prisión es suficiente para darse cuenta del preciado valor que tiene cada minuto de la vida. Sí. Necesitamos una oportunidad de libertad. Ningún humano querría que, a causa de un fallo que por jóvenes e ingenuos hemos cometido, nuestro amor corriese el riesgo de quedar dañado exponiéndose a las inclemencias de los muros durante nuestros mejores años...Pero...eso no va a suceder. Vamos a salir pronto de aquí, ya lo verás. Yo me llevo bien con la Virgen de las Angustias, patrona de mi entrañable Granada. Es muy buena. En un sueño que tuve me dijo que le pusiese una vela, pero le voy a poner cuatro. Ayer se lo pedí a mi madre en una carta, y como es tan buena como ella después de ponérselas también le rezará un rosario. Así es que ya ves mi niña, amor mío, estamos en buenas manos?".
"Nosotros vamos a seguir amándonos sin importarnos la distancia, ni los muros ni la cárcel. A lo nuestro Isamar, que tú sabes que no es otra cosa que tratar de que ese lazo verde sea más fuerte y resistente cada ida que pasa. Que cuando ya estemos juntos, con él bordaremos los Te Quieros que por siempre vamos a llevar prendidos de nuestros pechos".
Francisco Rodríguez Soto (curroelpresopoeta@hotmail.es)
Extracto de la carta ganadora del Primer Premio del Concurso Nacional de Cartas de Amor en 1992.