Un buen susto se debió de dar en la tarde de este jueves una de las trabajadoras de la limpieza del colegio público Antonio Zerolo cuando se encontró una rata corriendo por las instalaciones del centro. Aunque, poco después, armándose de valor consiguió matarla, para tranquilidad de los demás presentes.
Según explica el conserje del centro, "unas excavaciones cercanas al colegio pueden ser la causa de que hayan salido algunas ratas, aunque sólo una entró en el colegio", dice. Aún así, asegura que se suspendieron las actividades extraescolares "por precaución", y se contactó con los técnicos de fumigación de la empresa Airsol, que colocaron algunas trampas.
Las clases se han desarrollado con normalidad este viernes "ya que no se ha encontrado ninguna otra rata", aseguraba el conserje este viernes. Algo que confirma la empresa Airsol en el informe que ha emitido tras acudir hasta en tres ocasiones al centro, según explica la concejal de Educación de Arrecife, María Dolores Rodríguez.
Y es que fue la propia Concejalía de Educación la que envió a los técnicos de la empresa desratizadora, que "reforzaron los cepos anteriormente dispuestos" y que adviertieron, en una primera valoración,que la aparición de las ratas "podría deberse a la presencia de numerosos imbornales en el perímetro de las instalaciones, que podrían permitir la salida de los roedores desde el alcantarillado hacia la vía pública".
Una segunda llamada de alerta desde el centro llevó a la concejal de Educación a enviar nuevamente al colegio a técnicos de AIRSOL, en esta ocasión acompañados por funcionarios de la Policía Local, que verificaron que no había presencia de roedores puesto que "los múltiples cepos aparecieronn totalmente intactos, no así los que se encuentran ubicados en los alrededores del colegio". Una última visita de AIRSOL, este mismo viernes por la mañana, corrobora que en el interior del colegio no hay presencia alguna de ratas.
Desde la Concejalía de Educación se ha solicitado a INALSA la colocación de mallas en los imbornales para impedir la salida de los roedores sin perjudicar con ello la recogida de aguas, a la vez que se han emprendido otra serie de medidas encaminadas a garantizar la salubridad de la zona.