La noche de este jueves ha sido la última para uno de los locales más emblemáticos de Arrecife: el Rincón del Majo. Tras trece años abierto al público, este establecimiento se despide definitivamente de sus incondicionales, dejando en el recuerdo fiestas, conciertos, y sobre todo, buenos ratos.
A orillas del Charco de San Ginés, el Rincón del Majo se convirtió, poco a poco, en uno de esos bares en los que al entrar se respira un ambiente especial. Quizá fueran sus muros de cal blanca, sus vigas, sus sillones de mimbre, o sus conciertos, pero son muchos los que han conversado, bailado y pasado noches en vela bajos sus techos de madera.
"Llevamos trece años", explica Paqui, dueña del Rincón del Majo. "Hace ocho decidimos empezar con música en directo, y la verdad es que ha sido un tiempo con unos resultados muy gratificantes". Tras un año batallando por su continuidad, parece que el irremisible destino de este local será el derribo. Los dueños del edificio han decidido ponerlo a la venta, y los que han regentado el bar durante más de una década persisten en sellar sus muros con los sentimientos que les deja esta etapa. "Hemos habilitado la sala de exposiciones para que todo el que venga escriba lo que quiera, para que deje aquí un trozo de su corazoncito", añade Paqui emocionada.
Frases y poesías que devuelven a las paredes del Rincón del Majo los sentimientos que día tras día, regalaron a los clientes fieles y a los que iban de paso.