Política

Sólo en Arrecife hay 140 órdenes de alejamiento por maltrato

Cada 18 segundos una mujer es maltratada en algún lugar del mundo. Es un dato facilitado por Naciones Unidas. Algunas de esas agresiones, cuando se cumplen esos 18 segundos que marca la perversa estadística, ...

Sólo en Arrecife hay 140 órdenes de alejamiento por maltrato

Cada 18 segundos una mujer es maltratada en algún lugar del mundo. Es un dato facilitado por Naciones Unidas. Algunas de esas agresiones, cuando se cumplen esos 18 segundos que marca la perversa estadística, se producen en Lanzarote y las víctimas son vecinas de Arrecife y de cualquier otra población de la isla. 140 de esas mujeres que viven en la capital lanzaroteña ya deberían poder estar tranquilas porque un juez ha prohibido a su agresor, su pareja o ex pareja, que se acerque a ellas, pero los continuos casos de violencia de género que aparecen cada día en los medios de comunicación, demuestran que no siempre es así.

Las 140 órdenes de alejamiento se refieren sólo a Arrecife y son las controladas por la Policía Nacional, según declaraba este martes el comisario, José Antonio García Camacho, "eso sin contar las que por su parte tiene la Guardia Civil en el resto de la isla". Sobre estas órdenes la Policía Nacional ha seleccionado nada menos que 40 casos en los que "estamos más pendiente de ellas", afirma el comisario, porque "hay más posibilidad de reacción por parte del marido". Es decir, que el denunciado podría volver a ejercer violencia sobre sus ex parejas. Según el comisario ocurre en casos en los que por la condena impuesta en la sentencia o bien porque se ha reiterado la denuncia contra ellos e incluso "por las declaraciones que ellos mismos hacen o por sus actitudes se ve que es cuestión de tiempo: que antes o después van a reincidir".

Pero el propio comisario reconoce que los funcionarios de las unidades policiales especialmente creadas para tratar los casos de maltrato,"son pocos en comparación con las víctimas, no hay efectivos para cubrir a todas ellas". Para paliar el problema se ha dotado a las mujeres en esta situación de un teléfono móvil para que en cualquier momento de las 24 horas del día, si creen que el maltratador está próximo o le está molestando, "nos llame y mandamos un coche para detener al agresor".

Pese a las nuevas medidas para la protección de las mujeres contempladas en la nueva legislación creada al efecto, el problema no ha terminado ni mucho menos. En los siete primeros meses del año 59 mujeres en Arrecife han denunciado a sus parejas o ex parejas por malos tratos, una cifra que se ha reducido a la mitad con respecto a los mismos meses del año 2006, cuando se registraron 110 denuncias, tan sólo en la capital. "En toda la Isla será el doble como mínimo", apunta el comisario.

Con orden de alejamiento, pero bajo el mismo techo

En toda España han muerto, en lo que va de año, 46 mujeres a manos de sus parejas. Algunas no habían denunciado nunca malos tratos, otras estaban "protegidas" mediante órdenes de alejamiento. Pero según declara el comisario García Camacho no es extraño que cuando se les notifica al agresor y a la víctima la orden de alejamiento, "están viviendo juntos y te dicen que dónde se van a ir a vivir".

Muchas de las detenciones de maltratadores por haber vuelto a agredir, se producen según la policía después del fin de semana porque "están viviendo con la víctima, beben alcohol y vuelven a maltratar". En otras ocasiones, desgraciadamente, ni que el maltratador viva lejos de su víctima, ni que el juez le haya prohibido que se acerque o se relacione con su ex pareja, evita otra agresión, y la policía "24 horas no puede estar encima de la persona", afirma el comisario. "En cuanto la pille, bien porque salga del trabajo o bien porque vaya a la compra, en cuanto se de cuenta, la víctima ya lo tiene encima", concluye.

José Antonio García Camacho considera que la prisión únicamente no es la solución para el problema porque un maltratador tiene el problema "en la mente, o se le saca de la cabeza o antes o después lo va a llevar a efecto", y apuesta por someter al agresor a una terapia.