Calles por las que era difícil caminar porque postes, vallas y cornisas se habían convertido en los obstáculos, aunque no de una carrera. Caras que despertaban a la mañana, si es que habían conseguido conciliar el sueño, y abrían los ojos como platos al ver que la galería del patio ya no estaba o que la puerta de la cochera del vecino ahora anidaba en su jardín.
Era la mañana del 29 de noviembre de 2005 y la tormenta tropical Delta acababa de pasar por Lanzarote dejando huella, la de la destrucción. Tanto fue así, que en el Gobierno de Zapatero declararon esta isla, entre otras, como zona catastrófica. Esta semana se cumplían dos años desde el paso de la tormenta y todavía, a día de hoy, las cosas no han vuelto a estar como antes del desastre. El campo lanzaroteño fue con diferencia el más afectado en la isla por el fenómeno. Quedó arrasado y sin el picón que cubría los enarenados y que 24 meses después no ha sido repuesto totalmente, tal como confirma la consejera de Agricultura, Nereida Pérez. "No han terminado todavía porque no hay cantera legalizada".
Tuvieron que pasar siete meses desde la noche del suceso hasta que la Comisión de Agricultura aprobara el inicio de las tareas de restitución del rofe en los campos. El entonces consejero del área, Higinio Hernández, hablaba de 70.000 metros cúbicos de picón que se trasladaría desde Los Rodeos hasta los cultivos afectados. Pero la tarea realmente no se terminó porque la arena de Los Rodeos ya se agotó.
La actual consejera de Agricultura no pone día para el momento en que todos los campos recuperen su picón, a expensas de que "se legalice la cantera y se busque el dinero", afirma. Por el momento trabajan para extraer áridos de la zona de La Corona, en el norte de la isla. El anterior consejero de Economía y Hacienda del Cabildo, Luis Arráez, aseguraba que el Estado se había hecho cargo de dos de los cuatro millones de euros que costaba la restitución del enarenado, pero el actual consejero del área, Juan Félix Eugenio, declara no saber nada de esa cuestión y su compañera de Gobierno, la consejera de Agricultura, responde que "ese compromiso del Estado debe estar en una esquina, porque por escrito, no aparece por ningún sitio". Su competencia ahora mismo, según dice, es buscar el dinero para lo que queda por hacer dos años después.
Dinero que no llega
La lentitud ha marcado el proceso por el que los afectados por el Delta se verían resarcidos de los destrozos y las consiguientes pérdidas económicas ocasionadas. Solamente la valoración que una Comisión Técnica de las administraciones públicas hizo del dinero que se había llevado la tormenta tropical, tardó seis meses en llegar y cuando lo hizo, decepcionó a ayuntamientos y Cabildo. La Comisión Técnica cifró en algo más de tres millones doscientos mil euros el montante de pérdidas, menos de la mitad de los números calculados por los siete Ayuntamientosy la Primera Institución.
Todas las instituciones insulares se quejaron de la ingente cantidad de documentación que habían tenido que enviar al Gobierno de Canarias y al Gobierno Central para que tramitaran las ayudas, pero a día de hoy, todas las ayudas aún no se han repartido. Según explica la consejera de Agricultura los técnicos del Gobierno de Canarias continúan analizando todos los expedientes, una tarea que según Nereida Pérez, "no es sencilla porque la gente se apunta con todo, y después las realidades son muy distintas".
Las solicitudes de los agricultores fueron gestionadas a través de la Granja del Cabildo. Allí estiman que el 50% de los agricultores afectados ya han recibido el dinero y que por parte del Cabildo de Lanzarote, ya se han inspeccionado todas las fincas que sufrieron destrozos después de aquella noche del 28 al 29 de noviembre de 2005.