La Voz de Lanzarote ha analizado punto por punto el vídeo emitido el pasado lunes por "Diario De", en el que se denuncia un supuesto trato vejatorios a los ancianos de la residencia "Sol de Otoño".
Insultos
El vídeo refleja: las palabras de una trabajadora dirigiéndose a una anciana que está en la cama en los términos: "¡Qué cagona la tía! Mira lo que echaste, coño? ¡Mira! Cochina. Asquerosa". A otra, que también está postrada en la cama y se está quejando le dicen: "Adiós. ¡Cállate!" Asimismo, otra empleada se refiere a un anciano como "Éste. A él le gusta apestar. Parece que este hombre se hubiera comido a un perro muerto". Y a una anciana le dice: "completa te echo a la lavadora". En el reportaje televisivo cuentan también con las declaraciones de Pedro Gil, presidente de la Sociedad Española de Geriatría, que asegura que en la residencia lanzaroteña se están produciendo "abusos". "Estas actitudes entran dentro del maltrato a perseguir".
El director responde: "No son insultos, son bromas. A veces los trabajadores se ponen a salsarear entre ellos, dicen una cosa, dicen otra y después en estos reportajes salen como que son ciertas. Lo de cagona y demás a veces se lo dicen en forma de broma. Aquí se bromea mucho con los abuelos porque son chicas que llevan muchos años y les hacen bromas", afirma Adolfo Acuña.
Atados
El vídeo refleja: a ancianos atados tanto a la cama como a la silla, cuando están en el comedor. En una de las imágenes se ve a una de las trabajadoras diciéndole a una abuela: "¡Estate quieta! Atada como estás no sé cómo alcanzas". La anciana le pregunta que por qué está atada y ella le contesta: "yo que sé, yo que sé, yo que sé".Además, un anciano sentado en una silla en el salón le pide a una trabajadora que "le quite esto (la cuerda) de ahí" para poder desatarse. Le dice: "¡Quita esto de aquí, coño", a lo que le responden: "Tranquilo, vamos a comer y después quitamos el cinto". A este respecto el presidente de la Sociedad Española de Geriatría afirma que "si hay que atar a algún anciano se hace con cuerdas homologadas y no con éstas, que parecen más de la edad media que del siglo XXI". "Esas cuerdas pueden producir lesiones, laceraciones y fracturas", advierte.
El director responde: "No se les ata, se les sujeta. Hay que ponerles un cinto para que no se caigan y están homologados. Eso no es atar a un abuelo, es sujetarlo y hasta las familias te lo piden para que no se caigan", asegura.
Sin cambio de pañales
El vídeo refleja: Cómo el denunciante, estudiante en prácticas, le dice a una trabajadora "que a lo mejor la anciana necesita ir al baño". La empleada le responde: "No, no ella lo hace en el pañal". A otra abuela, la trabajadora le dice: "Está meada. Siempre le sacas el pañal meado". Además, el denunciante graba unas imágenes de una abuela que, según él, tiene el pañal "cargadísimo de dos días por lo menos". "Te pusieron tres, tres pañales. Claro, para estar cuatro días aquí en cama, ¿no?", le dice el denunciante. El presidente de la Sociedad Española de Geriatría asegura que "nunca había visto algo así" y que esto puede producir "úlceras" en los abuelos.
El director responde: "Es una vergüenza que el chico (por el denunciante) diga que porque un señor tenga una úlcera, que ya vino con ella de su casa, es que estaba todo el día en la cama. Eso no es verdad, a todos los ancianos se les cambia el pañal y se hacen sus cambios posturales para que no les salgan llagas".
Sedación
El vídeo refleja: cómo una empleada le dice al joven en prácticas que debe administrarle a un anciano "5 gotitas de haloperidol". "Es un relajante, se empieza a poner brava por la tarde. No, relajante no, es algo para calmarlos. Pero no para dormir sino para descansar porque son ansiosos", justifica la trabajadora. Además, le piden al denunciante que le dé otras "cinco o diez gotas de haloperidol" a otra abuela que, según la lista de fármacos, no necesita ese medicamento. El presidente de la Sociedad Española de Geriatría asegura en el reportaje de Cuatro que el haroperidol es un "fármaco postsedante que hay que utilizarlo con mucho cuidado a dosis muy pequeñas y durante periodos de tiempo cortos". "En las residencias los medicamentos los debe administrar el personal sanitario".
El director responde: "Se les da medicación si están con ansiedad para calmarles. El médico, que sí tenemos y viene todas las semanas, dice si necesita o no sedación y nosotros se la ponemos siguiendo sus pautas. No es una medicación permanente ni para dejarlos sedados. Eso no es drogarlos, ni dejarlos dormidos como trataban de enseñar por televisión".
Sin higiene
El vídeo refleja: cómo el denunciante le pregunta a una trabajadora si debe lavarle los dientes a un anciano. Ésta le dice: "Mira cógete un cepillo de ahí y enjuágalo, porque esto es así, hijo". El joven le contesta: "¿Lo compartimos?, ¿Sí, no? Si no hay otro remedio?".Además el vídeo muestra cómo a muchos ancianos les administran la comida con una jeringuilla a presión y aseguran que siempre es la misma.
El director responde: "Esas jeringuillas se cambian. Es una barbaridad lo que dijo el chico que lo denunció. Con jeringuilla claro que alguno come, porque si no, no puede. Pero no tenemos sólo una jeringuilla".
Sin asistencia médica
El vídeo refleja: cómo un anciano empieza a encontrarse mal. El denunciante quiere llamar al 112 e insiste varias veces. "Hay que llamar a los servicios de emergencia, porque no respira", advierte. Le dicen que no hace falta, que "es una bajada de tensión". Posteriormente, el director afirma que pudo ser "un preinfarto o una pequeña trombosis". Se ve cómo le dan bofetadas en la cara para tratar de despertar al anciano. En el único momento en el que se ve a una médico es cuando llega a la residencia a certificar la muerte de otro anciano que,según el vídeo, fallece el mismo día en el que el otro abuelo se encontró mal. Según el director, esa muerte se produjo en la noche siguiente.
El director responde: "Al 112 se le da el aviso cuando es necesario. "Al señor que se ve en el reportaje, el chico que denunció quería hacerle un masaje cardiaco y se lo impedimos, porque ni era necesario ni él estaba capacitado para hacerlo. A ese señor se le llevó a la cama, se le levantaron los pies y se llamó al 112. Vinieron y comprobaron que estaba bien y lo dejaron en la residencia. Da la casualidad que a la noche siguiente, un señor que estaba bastante mal por su edad, se le acostó y a las 3 de la madrugada cuando se le fue a hacer el cambio postural, había fallecido", reconoce Adolfo Acuña.