Los ochos menores que este miércoles han declarado, dos de ellos por videoconferencia, en el juicio por las presuntas vejaciones que sufrieron en el albergue de La Santa,se han mostrado muy nerviosos y todos ellos han asegurado que tienen "un mal recuerdo" del campamento de verano de 2008.
"Estábamos en la habitación y nos exigieron que nos quitáramos la camisa y el pantalón. Nos sacaron al patio. Nos obligaron a hacer flexiones, mientras el resto nos miraba. Estuvimos 15 minutos y era por la noche. Hacía mucho frío y el agua estaba muy fría y a presión", ha señalado el primer menor en declarar. Este niño, que entonces tenía once años, ha asegurado que los menores "estaban asustados". "Incluso Cristóbal (el monitor acusado) se ponía la ropa de uno de los chicos, al que le insultaron y le dijeron que en lugar de pene tenía chocho".
Otro de los menores ha asegurado que llegó de vuelta a casa "ronco" por el frío que pasó en el patio cuando le mojaron con una manguera. "Me sentí mal en el campamento. Cuando estábamos en las duchas me intentaron coger para que me vieran las chicas desnudo, pero yo conseguí irme rápido", ha indicado.
El menor que supuestamente sufrió insultos sobre sus genitales fue uno de los que peor lo pasó en este campamento. "Me sentí humillado, me trataron de forma despectiva y me insultaron. Intenté que las chicas no me vieran desnudo pero me quitaron las toallas y no pude hacer nada. Me llamaron gordo. Me lo dijo Cristóbal, que era el que más hacía, al menos el que más se metía conmigo. Era como el que mandaba", ha afirmado, al tiempo que ha recordado que "en una ocasión" le obligaron a dar "25 vueltas al campo de fútbol". "Quería irme de ahí pero mis amigos me convencieron para que me quedara", ha manifestado.
La sensación de los padres
Todos los padres que han declarado en el juicio han asegurado que cuando vieron a sus hijos les notaron "más delgados" y tristes. Y es que los niños han asegurado que la comida "era escasa" y, además, se servía "fría". "Llegó desnutrido y malhumorado. Le había mandado como un premio por sus buenas notas y más bien pareció un castigo", ha señalado uno de los padres por videoconferencia.
Los padres se enteraron de lo sucedido después de que uno de los menores le confesara los hechos a una de las madres. Ésta se puso en contacto con los demás y juntos formalizaron una denuncia en la Fiscalía de Menores de Puerto del Rosario, ya que los denunciantes eran de Fuerteventura. Ninguno de los niños ha querido volver a un campamento, a excepción de uno, que posteriormente fue a unas colonias deportivas.
Los trabajadores del campamento
Pese a las declaraciones de los menores y las de sus padres, otros trabajadores que aquel verano estuvieron en el campamento de La Santa han asegurado que "no vieron nada". Un trabajador del Cabildo que tuvo que hacer un informe sobre todos estos hechos ha señalado que "nadie le habló de actitudes anormales" y ha asegurado que el campamento transcurrió "con normalidad". Lo mismo ha declarado otra trabajadora, hermana de uno de los acusados, así como otros dos monitores.
Por su parte, un agente de la Guardia Civil ha señalado que tuvo que hacer también un informe sobre estos hechos y que se puso en contacto con "cuatro o cinco padres", que le manifestaron que sus hijos habían recibido "un trato correcto" por parte de los trabajadores del campamento.
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["Todo lo hacía según orden del director. Si un niño se portaba mal, le debía castigar mandándole a dar una vuelta al campo de fútbol"->56071]