Política

La lotería del club Unión Sur Yaiza deja decenas de historia de gente con suerte y de desafortunados

En todas las historias, siempre hay ganadores y perdedores. También en las historias que tienen que ver con la suerte, pues cuando toca la lotería, son muchos los que se alegran de tener el boleto afortunado y otros los que ...

La lotería del club Unión Sur Yaiza deja decenas de historia de gente con suerte y de desafortunados

En todas las historias, siempre hay ganadores y perdedores. También en las historias que tienen que ver con la suerte, pues cuando toca la lotería, son muchos los que se alegran de tener el boleto afortunado y otros los que lamentan no haber comprado ese número. Y esto es lo que ocurrió el pasado sábado en Yaiza y Uga, cuando el club Unión Sur Yaiza repartió el primer premio de la Lotería Nacional. Llevaban apostando al mismo número, al 52.642, que fue elegido por el actual concejal del PIL en Arrecife, Gabriel González, desde 1992 y, por fin, la suerte tocó su puerta, pero no la de todos.

Sorprende, por ejemplo, que ningún jugador del equipo hubiera comprado el boleto ganador, y que sólo fuese la directiva la que ahora sonríe con su premio, que consiste en 60.000 euros por boleto. Porque el dinero que se ha repartido no ha sido poco, sino que la lotería ha dejado 4,2 millones de euros. Eso sí, a los deportistas, ni un duro. "Somos unos toletes", declaraba Víctor, uno de los jugadores.

Este jugador del club Unión Sur Yaiza estaba con un amigo cuando, de repente, recibió una llamada de su madre. "Cogí el teléfono y mi madre me dice que soy rico. Yo le digo: ¡rico de qué! Y me dice que ha tocado la lotería. Claro, le pregunté si era el número al que juega el club semanalmente. Me dijo que sí y se me quedó cara de tolete. Ni rico ni nada", explica Víctor, que relata que su madre también se quedó "desilusionada".

El mismo día que el club repartía más de 4 millones de euros, Víctor, en lugar de comprar este boleto, decidió probar suerte jugando a la Quiniela. "Gané 2 euros, qué cara se me quedó, qué lástima", comenta ya entre risas algo desesperadas. "Me siento un poco tolete porque es un número que ha estado aquí siempre, que hemos visto siempre. Te dices, ¿cómo está la suerte tan cerca y uno no la coge? Pero claro, el boleto vale seis euros cada semana y no vas a jugar todas", indica.

Ahora Víctor y el resto de la plantilla confían en rascar algo del boleto que tocó al club. "Hemos felicitado al presidente, a Vicente, y le hemos pedido que nos lleve a un viaje a final de temporada, a ver si nos cae algo", señala este desafortunado jugador.

La alegría llegó al sur

Porque, pese a estas historias, lo que está claro es que el sábado la vida cambió en estas dos localidades sureñas, donde se vendieron 70 boletos. Todos recuerdan cómo se enteraron de la noticia. "El presidente del club, Vicente Tavío, me llamó. Él siempre escucha en directo la lotería por la radio. Cuando me comunicó que habíamos ganado, sobre la marcha fuimos avisando a la gente", explica el directivo del equipo Miguel Díaz, uno de los afortunados. Tanto él como sus hermanas María y Carmen habían adquirido el número. Ahora, su cuenta ha aumentado en 60.000 euros, el dinero que percibieron por cada boleto.

Donde también vivieron esta alegría fue en un pequeño bar ubicado frente al Ayuntamiento de Yaiza, donde vendieron unos 40 boletos, según Manolo Félix, uno de los camareros a quien también le ha tocado "un pellizquito". "Suelo comprarlo casi siempre, aunque no todas las semanas. He tenido suerte", señala. "Cuando me llamó mi compañero para decirme que había tocado el primer premio me puso muy contento. En el pueblo no se habla de otra cosa", afirma.

No obstante, entre los afortunados siempre hay algunos que tiene todavía más suerte. Es el caso del presidente del club de fútbol, Vicente Tavío, que poseía cuatro boletos. Es decir, ha ganado 240.000 euros. Y eso que todavía se tiene que estar echando las manos a la cabeza, ya que el mismo sábado repartió dos boletos que le quedaban en un bar de Playa Honda.

Un capricho o tapar agujeros

Los afortunados todavía no han pensado en qué van a invertir el dinero. "No sé qué voy a hacer. Algún caprichito y terminar de pagar algo que uno siempre tiene pendiente, algún agujerillo, vamos", reconoce Miguel Díaz. Su hermana María, quien también poseía un boleto ganador, afirma que "con este dinero no se retira nadie". Por eso, este mismo miércoles, al igual que toda la semana, ha acudido a su puesto de trabajo y, al mediodía, cuando ha atendido a La Voz se estaba comiendo "un potaje de lentejas, es decir, como siempre". Porque para María, "nada a cambiado", aunque va al trabajo "con más alegría".

"Es una ayudita que te viene muy bien", afirma. Esta mujer todavía no ha pensado en qué gastará los 60.000 euros, aunque probablemente lo invierta en su familia. "Tengo tres hijos y cuatro nietos. Guardaré el dinero para lo que haga falta. Además, estoy pagando el coche y retirarme no puedo, porque para jubilarme tengo que cumplir los 65 años y, además, ahora Zapatero me ha añadido seis meses más", ironiza María.

Los menos afortunados

Pero en este tipo de historias, siempre hay quien lamenta no haber comprado un billete. Siempre existen anécdotas de personas que ven el número colgado en el bar, pero que no se deciden a comprar y que ahora se arrepienten de no haber confiado en la suerte. Y no son pocas, puesto que en este caso, aunque parezca casi una broma, ningún jugador del club Unión Sur Yaiza, ni siquiera su entrenador, compraron lotería. "Te da rabia que no te haya tocado y me da rabia también por los jugadores, que son jóvenes, y les vendría muy bien el dinero", lamenta el míster, Carmelo Hernández, aunque reconoce que a la plantilla siempre se le ofrece este número y, normalmente, no suelen adquirirlo.

Un viaje relámpago con mucha suerte

Sin embargo, hay otros que, por el contrario, sí que han tenido mucha suerte y la casualidad les ha llevado a ganar 60.000 euros. Es el caso de Carmen Delia de la Cruz, una mujer de Uga, pero que lleva 24 años viviendo en Madrid. Vino para la romería de Los Dolores y para disfrutar de su familia y, un día antes de irse, se pasó por la Administración Número 1 de Arrecife, donde también se vendió el boleto ganador.

Tras adquirir el boleto, fue a Uga a despedirse de su familia. "Vino la cuñada de mi hermano y nos contó que había tocado la lotería del club de fútbol. Yo ni miré mi boleto, pero luego dijo que terminaba en 42 y, entonces, fui a buscar la cartera", relata. "Mi hermano me decía que no me podía haber tocado, porque era lotería del club, pero claro se vendió también en la administración", indica esta mujer.

Así, la familia se puso delante del ordenador para entrar en Internet y comprobar cuál era el número ganador. "¡Y era el mío!", señala aún emocionada Carmen Delia, que ha ganado 60.000 euros. "Para el domingo había comprado más décimos, pero para el sábado es que no quedaban más", lamenta. "Soy la única de mi familia a la que le ha tocado. Todos me dicen, vienes para unos días, y mira, te toca. La verdad es que qué casualidad, he tenido mucha suerte", reconoce.

El concejal reclama 3.000 euros

Ahora que el club ha sido tocado por la diosa de la fortuna, también hay quienes aprovechan el momento para reclamar alguna deuda. Es el caso del concejal del PIL del Ayuntamiento de Arrecife, Gabriel González, que fue el que hace 18 años eligió el boleto ganador. Ahora exige al club que le abone los 3.000 euros que le debe de cuando era entrenador del Atlético Uga.

González estuvo comprando este boleto durante diez años, pero luego ya se hartó. "Los del club han sido fieles, han seguido con el número que elegí y el premio les ha llegado ahora", se alegra, pese a que exige a su presidente, Vicente Tavío, que le pague 3.000 euros que le debe "de cuando era vicepresidente del club en Uga". "Le recordará siempre, hasta que viva, que ese dinero me lo debe", insiste Gabriel González.

"He sido tan bueno que incluso mi número les he dado la lotería. Por lo menos que sean capaces de hacer una colecta y darme el dinero que me deben", denuncia este edil del PIL en Arrecife.