Izquierda Unida Canaria (IUC) ha salido a responder a las acusaciones lanzadas por el que fuera su secretario general en la isla, Manuel Garzón, que este lunes ha anunciado su baja de militancia acusando al partido de "segregación racial, cultural o religiosa", por no haber admitido la afiliación de 43 personas musulmanas, la mayoría de origen saharaui. En un comunicado, el partido en Canarias "rechaza las acusaciones vertidas públicamente" por Garzón, tachándolas de "falsas" e "insultantes".
Según explica, "las afiliaciones deben hacerse de manera individual y en ningún caso puede aceptarse que una persona afilie a un grupo de 43 personas desconocidas", como sostiene que sucedió en este caso. De hecho, IUC agrega que "esa afiliación, colectiva y no presencial fue intentada por un ex coordinador insular, después de haber perdido la votación en que esperaba ser reelegido", lo que "evidencia un problema ajeno a etnias, opinión religiosa o cualquier circunstancia similar".
Por eso, el partido considera "insultante que se describa como racismo una decisión que se aplica a cualquier intento de afiliación colectiva no presencial". Al respecto, aclaran que "se trata de un mecanismo estatutario de garantía democrática para evitar que afiliaciones colectivas de personas desconocidas puedan ser usadas por alguien para desvirtuar las decisiones colectivas".
Además, IUC asegura que "en ningún momento ha habido el más mínimo problema para aceptar afiliaciones individuales" y "lamenta el intento de enfrentar a la organización con el colectivo saharaui, pese a la trayectoria de permanente compromiso con la causa saharaui que ha tenido IUC siempre".