El Museo Internacional de Arte Contemporáneo, MIAC –Castillo de San José, aborda una nueva propuesta expositiva dentro de la serie Artistas de la Colección, con el fin de "profundizar en la investigación y divulgación de su colección, uno de los motores de su actividad". Un proyecto que se ocupa de acercar al público la obra y la trayectoria artística de los autores que componen su colección.
El consejero de Turismo del Cabildo de Lanzarote, Echedey Eugenio, presentó esta iniciativa, centrada en la figura del artista Gonzalo Chillida, en el transcurso de una conferencia informativa en la que estuvo acompañado por la consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo; el consejero de Cultura en el Cabildo de Lanzarote, Óscar Pérez; la comisaria de la muestra, Alicia Chillida, y la directora del MIAC-Castillo de San José, María José Alcántara, que después de celebrar "la inmensa fortuna que supone presentar la obra de un artista excepcional", dibujó una profunda semblanza sobre la vida y la obra del artista vasco.
Fue una de las hijas del artista, Alicia, comisaria de la exposición, quien destacó el "honor que supone para la familia presentar la obra de nuestro padre en el MIAC de Lanzarote, con todo lo que ello significa por los vínculos que existieron entre nuestro padre y César Manrique desde que compartieron galería". Alicia Chillida explicó que la exposición, que se podrá visitar desde las 20.00 horas de mañana jueves, "es una muestra íntima, que arranca en la madurez del artista, en la que juegan un especial papel el contraste entre micros y macros y la admiración del artista por la naturaleza. Son obras, además, que hablan del Norte, de la transmisión de valores, de la ética y la estética" concluyó.
Óscar Pérez por su parte, quiso dar las gracias a la familia del autor y a todo el equipo del MIAC "porque su trabajo y esfuerzo han permitido que la población de la isla pueda disfrutar del lujo que significa tener la obra de Chillida colgada en este espacio".
La consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo, también quiso agradecer a la familia del artista "el honor que supone tener la obra de Gonzalo Chillida en Lanzarote y en Canarias, en un espacio que vincula el arte, cultura y turismo como es el Castillo de San José. Creemos" señaló la consejera, "en la contribución que puede hacer el turismo a la cultura y la cultura al turismo, por lo que seguiremos apoyando todos los proyectos que pongan en valor el arte y la sensibilidad, no ya sólo para el disfrute de los canarios sino también para el de los millones de turistas que visitan el archipiélago cada año".
El consejero de Turismo del Cabildo, Echedey Eugenio, fue el responsable de poner el epílogo al acto destacando, en primer lugar, la colaboración prestada por la consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. Eugenio recordó que "ayer, durante la presentación del elenco de actores de la representación teatral de El hombre duplicado, alguien dijo que su estreno el próximo 13 de enero propiciará el encuentro entre las figuras de César Manrique y José Saramago en Jameos del Agua. Aprovecho esa frase para apuntar que con esta muestra que inauguramos mañana facilitamos el reencuentro de dos artistas de la talla de nuestro genial César Manrique y de Gonzalo Chillida, lo que constituye un auténtico honor para los CACT, que pueden presumir ahora de todo lo mucho y bueno que son capaces de ofrecer después del tiempo transcurrido buscando soluciones a otras cuestiones".
Eugenio finalizó su intervención animando a la población a descubrir una exposición "única, que merece la pena conocer", y reiterando su agradecimiento al Gobierno de Canarias, al Cabildo de Lanzarote y al equipo de los Centros de Arte, Cultura y Turismo.
La exposición
Pintor de vocación temprana, Gonzalo Chillida (San Sebastián, 1926-2008) ingresa a los veintiún años en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Los campos desolados de Castilla y su arquitectura van a ser los motivos de sus primeras obras, con un tratamiento metafísico y un realismo esquemático en los que la figura humana está ausente. Continúa su formación en el Colegio de España de París, donde entra en contacto con las corrientes postcubistas y con la abstracción geométrica, regresando a San Sebastián en 1953, lugar en el que vive y trabaja hasta el final de su vida.
La atmósfera del mar Cantábrico, su cualidad lumínica, y la fuerza tectónica de la naturaleza inspiran la obra de madurez de Chillida. A partir de 1960 -período en el que parte esta exposición- Arenas, Marinas, Montes y Bosques serán sus grandes temas.
La fascinación de Chillida por la tierra norteña queda reflejada en las Arenas - su leitmotiv-, que constituyen un lugar de depuración espiritual, perseguido a través de infinitas variaciones de lo especular, en el que la mar dibuja una estructura en la arena y el cielo proyecta su luz e imagen sobre ese espejo húmedo. Es la poesía japonesa, a través de la brevedad del haiku, la que encarna con precisión este proceso que el propio artista describe: "La mar se retira, el cielo". En las Arenas, la referencia a la realidad nunca es explícita, siempre el mar, el cielo, la arena -un paisaje marítimo transformado en escenario mental-. Se trata de una solución plástica rara en Occidente, sin embargo cultivada felizmente en Oriente. La voz de Pedro García Cabrera glosa en el poema La Arena y la intimidad, 1940, el tema central de la pintura de Chillida: "Batida por estas fuerzas de signo contrario, las que pesan y las que vuelan, la piedra se pulveriza y reduce a su mínima expresión para arrastrar el mensaje de su propio aliento contradictorio, en el cual reside su poderosa y fraguada unidad".
La muestra en el MIAC, que cuenta con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, hace patente la tensión entre las dos escalas sobre las que oscila la pintura de Chillida: micro y macro. Es aquí en donde se revela su personal visión de la naturaleza, en la que hace convivir amplias vistas en un mínimo espacio pictórico, así como la magnificación de un mínimo detalle del paisaje ampliado en un gran lienzo.
La exposición, compuesta por treinta y nueve obras, en su mayoría óleos sobre lienzo y óleos sobre cartón, presenta también dos proyectos murales en colaboración con los arquitectos Unzurrunzaga y Enguita, respectivamente. En la Iglesia de Benta Berri, 2000, el artista responde al encargo con uno de sus temas predilectos, un mar de montañas bajo la niebla, Egunsentia (Amanecer), que plasma en el muro del ábside y que acomete en colaboración con su hijo y artista, Juan Chillida. El Pabellón de Igeldo, 2005, es un proyecto por realizar, promovido por Alicia Chillida, que responde al sueño del artista de tener un lugar para pintar inmerso en la naturaleza. Los Cielos protagonizan los tres grandes lienzos que articulan el pequeño espacio, cuyo carácter contemplativo podría tener un eco en la Rothko Chapel de Philip Johnson, en Houston.
La muestra, que se inaugurará mañana jueves, a partir de las 20.00 horas, incluye la película documental La Idea del Norte, 2016, dirigida por Alicia Chillida y Benito Macías Cantón, que relata el trabajo del artista más allá de su obra reconocida, a través de su relación con la fotografía y el cine.
Las obras proceden de la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, de la Colección Chillida Ameztoy, depositada en esta institución desde 2015, y de diversas colecciones privadas.
Más sobre G. Chillida
En noviembre de 1974, Gonzalo Chillida conoce a César Manrique en la galería Sen de Madrid, entablando una amistad que le llevará a visitar la isla de Lanzarote. Ambos artistas comparten la pasión por el paisaje y por la propia tierra como punto de partida de su obra.
La obra de Gonzalo Chillida transita entre la abstracción y la figuración, en el límite entre tierra y mar, entre mar y cielo, entre imagen y vacío. Inspirada por una poética del silencio, su pintura ahonda en los mismos temas y evoluciona en círculos concéntricos, con una progresión interna de gran coherencia. Miguel Zugaza califica a Chillida como "el mejor paisajista entre los abstractos" de su generación. Durante los últimos años, la mirada del artista asciende desde la arena al cielo, de la horizontal a la vertical. Los celajes pasan a un primer plano, dando lugar a su última serie temática, los Cielos. El autor nos enfrenta, de nuevo, ante un escenario físico transformado en paisaje mental.