El alcalde de Haría, José Torres Stinga, intervino este lunes en el programa Buenos Días Lanzarote de Radio Lanzarote poco antes de que se conociera el terrible desenlace de la búsqueda de Juan Antonio Betancor. Entonces no sabía lo que iba a ocurrir minutos después, y se limitó por tanto a hablar de política. Entre las muchas cosas de las que habló destacó su apuesta firma y decidida por presionar lo que haya que presionar para que se solventen de una vez por todas las trabas que están impidiendo que se ponga en marcha la obra del muelle de Órzola que se ha convertido en un quiste casi imposible de extirpar.
Por esta razón, y salvo que se produzca un lógico cambio de agenda provocado por el fallecimiento del parlamentario regional del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), tiene previsto viajar este martes a Barcelona para supervisar los estudios que se van a realizar para salvar los informes de la Comisión de Ordenación del Territorio y del Medio Ambiente de Canarias (COTMAC) y de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote, informes que provocaron el último freno a una obra que se considera fundamental para garantizar la seguridad de los trayectos marítimos de la zona norte. "El miércoles se van a realizar unas pruebas en Barcelona, un sistema de comprobación para ver si se pueden salvar los condicionantes impuestos por la COTMAC", relató, matizando que en todo caso, si hubiera que echarle la culpa a alguien, tendría que ser a la Primera Corporación insular, nunca al departamento coordinado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno canario. "Recordemos que en el informe del Cabildo se decía que en teoría nos encontrábamos ante un yacimiento arqueológico submarino de gran valor. A partir de ahí todo ha sido una auténtica catarata de inconvenientes", comentó resignado.
Lo que van a hacer en Barcelona, por tanto, es comprobar si pueden usar un sistema nuevo que salve los accesos de tierra. "Estamos ante una prueba de obstáculos, pero seguiré pendiente de este asunto, yendo a donde haya que ir, porque son tantas las dificultades que uno empieza a sospechar", indicó. Y las sospechas del alcalde también tienen que ver con la existencia de una mano negra que no deja que prospere el proyecto, mano negra que evidentemente no quiso identificar. "De lo que se trata ahora es de que tengamos un rigor a la hora de establecer los procedimientos. Como he estado en el germen del proyecto, me he dado cuenta de que se ha sido muy poco riguroso y de que los organismos están siendo muy rigurosos por si acaso se comete un desliz que puede acabar en la Fiscalía o en los tribunales", explicó con más detalle. Todo esto, además, está provocando retrasos y encarecimientos que serían salvables, y que, de no cambiar la cosa, "podrían provocar que desaparezca definitivamente el muelle de Órzola".
Por tanto, tal y como ya ha dicho en varias ocasiones, es el Cabildo el único responsable que encuentra para justificar los retrasos de obras tan importantes como el muelle de Órzola o la residencia de la tercera edad, cuestión que para él está absolutamente clara y responde a las críticas que le han vertido grupos políticos que a su juicio deberían mirar más abajo del valle de las diez mil palmeras para encontrar a los que han puesto las trabas.
Para él, "los culpables de que eso esté paralizado tiene que ver con el informe de Patrimonio que se realizó cuando el PSOE y el PIL gobernaban en el Cabildo", un informe en el que se advertía de la existencia de un yacimiento arqueológico submarino. "Como consecuencia de ello, nos han puesto unos condicionantes que hacen prácticamente inviable la construcción del muelle en las condiciones en las que estaba", remarcó, avanzando eso sí que en estos momentos se están produciendo las modificaciones correspondientes para intentar sacar adelante el asunto.
Como ejemplo de algo similar a lo que sucede con el muelle de Órzola puso el caso de los arrecifes artificiales submarinos que colocaron no hace demasiado tiempo, puesto que en las primeras estimaciones que estaban haciendo de su desarrollo se han encontrado que algunos "desaprensivos" han roto alguno de los cabos en los que se sujetaban y alguno de los arrecifes. "Son barcos que vienen y calan en las inmediaciones de la zona, echan el ancla y a la hora de sacarlo se enroca y arrastran con lo que pillan, lo que ha hecho un daño importante", comentó, anunciando que iba a intentar mantener un encuentro con el viceconsejero de Pesca del Ejecutivo canario y con el Cabildo para ver de qué forma se puede salvar la zona. "Es una pena, porque se está produciendo una regeneración importante", insistió.