FOTOS: Sergio Betancort.
El terrero de lucha Ulpiano Rodríguez Pérez de Tías acogió en la tarde del pasado domingo el espectáculo musical "La isla del nuevo mundo", con Los Bimbaches del Hierro. Ofrecieron el espectáculo sus 25 componentes, dirigidos por el timplista Benito Cabrera, artífice de este ambicioso proyecto cultural que busca rescatar parte de la gran riqueza aún desconocida en los géneros musicales, poesías, romances o danzas tradicionales.
Según comentó Cabrera, con motivo de la bajada de la Virgen de Los Reyes en el año 2013, se puso en marcha este proyecto denominado "Bimbaches", en el que participaron componentes de diversos grupos folklóricos de la isla con la idea de crear un colectivo musical que abordara repertorios diversos. Dado el éxito de la iniciativa, se decidió en el año 2015 retomar los ensayos para dar forma a un nuevo repertorio, que tuviera como eje central las raíces del rico folklore de El Hierro.
Nace así "La isla del nuevo mundo", un proyecto que apuesta por una visión contemporánea y moderna de la tradición herreña. Este espectáculo es un recorrido por sus músicas, releídas y traídas al sentir del presente, que trae consigo el poso ancestral de una tradición secular, pero que también quiere mirar al futuro. Asimismo, juega un papel fundamental el montaje visual realizado para este espectáculo, con fotografías de Antonio Hernández Cabello y vídeos de los jóvenes herreños "The Ocean Brothers".
El público asistente al terrero de lucha pudo disfrutar de una velada única por su gran calidad musical y puesta en escena. Benito Cabrera fue el encargado de presentarlo, ofreciendo un rico contendido de cada una de las canciones que se iban interpretando y consiguiendo así que el público asistente conociera la procedencia de cada pieza interpretada. Entre ellas estuvieron ‘Las Endechas’, ‘Romance de Virgilios’, ‘El Fraile’ y ‘Sorondongo’, ‘Berlina’ y una de las piezas más representativas de El Hierro, ‘El baile del vivo’.
Cuando Benito Cabrera anunció que estaba llegando el final del musical, el público desde la grada insistió en que continuase el espectáculo, del que tanto estaba disfrutando. El director aceptó la petición, obsequiándoles con un variado estribillo de isas. Ante la insistencia, finalizaron con el rescate de algunas canciones infantiles durante las que la animación se apoderó del recinto. El público no dudó en acompañarles con sus voces.