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El Concurso de Microrrelatos de Radio Lanzarote dedicado a César Manrique entra en su recta final

El certamen, cuyo plazo para participar finalziará el 31 de agosto, sigue sumando historias inspiradas en el artista y en su obra

El Concurso de Microrrelatos de Radio Lanzarote dedicado a César Manrique entra en su recta final

El IX Concurso de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero, que este año rinde homenaje a César Manrique con motivo de su centenario, ha entrado en su recta final. Y es que, será el 31 de agosto cuando finalice el plazo para participar en este certamen, que ha continuado recibiendo historias inspiradas en el artista.

La extensión máxima de los relatos, como en ediciones anteriores, tendrá que ser de 100 palabras, incluido el título en el caso de que lo lleve. sin embargo, en esta ocasión, las historias deberán estar protagonizadas por César Manrique, alguna de sus obras como pueden ser los centros turísticos de Jameos del Agua o las Montañas del Fuego o alguna de las casas que habitó.

Cada autor podrá enviar un máximo de cinco relatos, que podrá firmar con pseudónimo, aunque deberá indicar siempre un nombre y un teléfono de contacto. Los relatos se irán publicando por orden de recepción en La Voz de Lanzarote y se leerán en el espacio 'Lectura en la Radio' de Radio Lanzarote-Onda Cero. Todos aquellos que deseen participar pueden enviar sus escritos al email: concursorelatos@lanzarotemedia.net. 

El fallo del certamen, organizado en colaboración con la Fundación César Manrique, se hará público en la segunda quincena de septiembre. En cuanto a los premios, el ganador recibirá una televisión valorada en unos 300 euros, un pack de productos del centenario de Manrique y un pack de libros editados por la Fundación. El segundo premio será una tablet valorada en unos en 200 euros, un pack de productos del centenario y un pack de libros editados por la FCM; y el tercer premiado se llevará unos auriculares inalámbricos valorados en unos 100 euros, así como un pack de productos del centenario y un pack de libros.

 

Basado en hechos reales


Me enamoraste, poco a poco, como debe de ser pero a la vez rápido para no perderme. Me dejé llevar, aquella tarde de verano, en Famara. En la casa de veraneo de este Cesar del cual me hablaste. Elegiste bien el lugar perfecto para conquistarme ya para el resto de mi vida. El lugar tenia algo, estaba impregnado de una energía especial. Magia. Lo sospechaba. Pues aquí me tienes, rodeados de nuestros volcanes, con dos niños maravillosos y mágicos, como la misma casa donde decidí ser tuya..


Sin Título


Todos somos hermanitos. Somos naranjas como los volcanes, como los cojines de Jameoss del Agua. Somos muy felices en nuestra pequeña laguna donde a veces nos encuentran los turistas mas pequeños. Los grandes normalmente se fijan mas en los protagonistas principales de nuestra casa. La Tatarabuela contaba que cuando Cesar puso el ultimo ladrillo de lava en el suelo, todos los cactus empezaron a felicitarlo. Desde entonces cada noche, el Macho y Hembra" bailan bañados en placer recordando los días cuando se vieron por primera vez.

Gracias Cesar por enseñarnos como ver y no solamente mirar ?

 

Tu, Cesar


Las entrañas del volcán recibieron Tu cuerpo y Tu alma preñó de sueños y esperanzas la Isla.

Aquel septiembre recogió, una obra, que sigue construyéndose en este loco mundo que nunca terminamos de entender. Para eso, Tu voz apasionada, que es como la poca lluvia que nos viste de verde. Tus manos crearon espacios para el viento y la luz. Tus ojos luminosos, supieron ver más allá, la mirada que ensancha y rompe fronteras de todo tipo. Tu corazón, late, lleva la sangre, a todos los lugares, llena de vida y hace posible, la Vida.

 

Mil colores


Quiero creer que ya tienes el cielo pintado de mil colores. Quiero creer que has pedido que llenen de viento las playas de la Eternidad. Quiero creer que cuentan contigo para diseñar las mañanas y decirle a la luna como debe brillar más blanca. Quiero creer que sigues vivo en cada esperanza tejida con paciencia para que este mundo pueda ser algo más parecido a tus sueños.

 

Volcán de la Corona

Debe de haber una galería


secreta que llegue hasta el cementerio de Haria. Solo explorada por ti, abierta por los caprichos de la Naturaleza, llena de jameos y lagos, más de 7, donde la luz se cuela. Elegiste al de de "La Corona" para que avisara a todos sus hermanos y parientes, extendidos por el Mundo, de que "sigues por aquí"... Se alegran porque saben que Aquél que vio en la negrura, la belleza imperfecta, acude cada día a su taller para seguir soñando.

 

Las Ilusiones


Hasta llegar al precipicio había caminado discreto entre el grupo de turistas. Estaba fascinado con la Cueva de los Verdes hasta que sintió un profundo vértigo por aquella belleza aterradora y decidió acabar con su vida de una vez por todas tirándose al vacío. Detenerlo fue imposible. Se apartó del grupo, corrió un poco, lanzó un grito y se zafó de una mano que intentó sujetarlo. Lamentablemente quedó empapado, se hizo un esguince y salpicó a todos. El guía sabía bien que es tan difícil engañar como evitar que alguien destruya sus propias ilusiones.

 

La obra de la vida


Llegas al mundo atravesando los Jameos del Agua hasta la luz. Tu infancia es el Mirador del Río, desde donde divisas los sueños que quieres cumplir. Cruzas de puntillas los charcos de la Cueva de los Verdes hacia tu juventud. Amas. El amor es a veces fuego como Timanfaya, otras un lago de agua mansa como Costa Martiánez. Vives cantando a la Fecundidad de la tierra árida a la que un día debes volver. Y cuando llega la hora, seguro de ser solo un juguete del viento, abrazas la brisa y te dejas mecer.

 

Una fiesta fabulosa


El laureado escritor irlandés Simon L. O´Sullivan menciona en sus diarios la noche de agosto de 2006 en que César Manrique lo recibió en su casa de Haría y celebró "una fiesta fabulosa". Antes, según sus notas, había cenado frugalmente y degustado dos botellas de sidra de Armagh, tres jarras de cerveza, suficiente whisky "para animar a un escocés" y un garrafón de cinco litros de vino que "le había comprado al Mingo por sólo 12 euros muy satisfactorio". Nada parecía recordar de la posterior intoxicación etílica ni de cierta denuncia recibida por daños y allanamiento.

 

Famara


El niño salió del agua y se acostó en la arena. A lo lejos una figura femenina demasiado familiar le hacía señas. A su madre no le gustaba cuando se metía tan adentro en el mar. Pero éste era uno de los pasatiempos favoritos de César. Corría por la orilla de Famara hasta donde nacía el acantilado y luego nadaba hasta tener una visión completa del majestuoso muro de roca en toda su extensión.

Francisca Cabrera caminaba por la playa dispuesta a regañarlo. César no lo sabía, pero algún día construiría algo maravilloso en lo alto de ese risco.

 

La niña de Canarias


?Siempre te estaré cuidando ?le dijo César a la niña en la orilla de la apacible playa.

?¿Y como sabré que estarás ahí? ?preguntó curiosa la muchacha.

?Porque he construido una casita en el risco y desde allí arriba puedo cuidarte.

La niña siguió la dirección que apuntaba el artista y respondió disgustada:

?¡Pero si no hay nada!

César sonrió. La idea era esa. Construir un mirador que se fusionase con la roca. Una casa desde la que los lanzaroteños pudiesen cuidar a la más pequeña de sus hermanas.

 

Adivinanza isleña


Al borde de un precipicio, aquí nací y aquí seguiré. Un paso hacia adelante y me caigo, juntándome a lanzaroteños suicidas, que decidieron acabar con sus vidas con unas vistas cinco estrellas. Un paso hacia atrás y dejo de ver a mis queridas chinijas. No hay nada ni nadie alrededor, pero solo nunca estoy. Todos vienen a mi, pero no para verme. Vienen para ver a través de mi. Penetran el vacío de mi vientre, toman su leche leche y contemplan el río que no existe. Qué soy?

 

Des-Amparo


Llegué segunda y siendo mujer. El destino estaba escrito.

Dibujaba en el rinconcito de la cocina. Deja los lapíces, dice la madre, hay que pelar la papa.

Esperando sus cartas de Madrid. Es como estar allí, aunque sea un momento, antes de volver a "mis labores"...

Qué curioso sueño... Rascacielos de Nueva York, Rockefeller apretándome la mano... Despierta, mi niña, despierta.

Este maldito cruce... Le dije, no cojas el coche. Nunca hacía caso.

26 años más tarde me muero, siendo solo su sombra.

Dibujamos con César unas casitas en el mar de nubes. Peleamos. Creamos. Como iguales. Como hermanos.

 

Un Conejero en Nueva York


César se asomó a la ventana y se sorprendió al descubrir que la brisa no acariciaba su cara.

?Te acostumbrarás ?le dijo su amigo y anfitrión Waldo Díaz-Balart.

Una media sonrisa se dibujó en el rostro del lanzaroteño. Se le iba a hacer muy difícil acostumbrarse a aquellas moles de cristal, cemento y acero. Acostumbrarse a respirar polución en vez del aire limpio de su querida Famara. Acostumbrarse a pisar asfalto, en lugar de la fina arena de las playas de Papagayo. No, César sabía que no podría acostumbrarse. Lanzarote ya lo esperaba.

 

Versos de fuego


En la sinfonía del malpaís él vio un paraíso. El hogar donde habitaban sus musas. La tierra del fuego, el hogar de la lava; el calor como la fuerza más poderosa del planeta. El rojo, marrón, negro, oscuro, y azabache de las olas hirvientes de Timanfaya. El tiempo solidificado. La simbiosis del hombre con la piedra. Ése es el legado de César: abrirnos los ojos y mostrarnos la belleza muda de los volcanes. Una herencia única e intangible labrada en la mente de un hombre sencillo, un genio universal que amaba a Canarias.

 

La isla y el diablillo


En una isla canaria habita un diablillo que corre desnudo por las playas. Pasa las tardes dibujando y descubriendo pequeños seres en los ríos de lava que cubren de negro y rojo el paisaje. Juega con el viento, se esconde en cuevas de asombrosos colores y habla con cangrejos ciegos.

Cuando alguien osa dañar la isla, se enfada y ruge con la fuerza de mil volcanes. Cuando ríe, le puedes escuchar en las olas del mar.

Cuentan que la mágica isla es Lanzarote y que el diablillo Manrique, en cada rincón, te acompañará.

 

Hijo de mil volcanes


Lanzarote creó a su hijo, quien adquirió forma humana. Pudo ser libre. Ser su propia esencia: volcán de fuerza desmedida sus palabras, fuego de desbordante intensidad su mirada, viento que se divierte con sus juguetes, agua optimista creadora de vida?

Fue sensible como el ecosistema, humilde y sencillo como las blancas casas de los campesinos, sabio como diablo viejo?

Hijo de mil volcanes, nacido de las entrañas del paraíso, cambiaste la historia de tu tierra y luchaste por todos nosotros. Ahora, César, llega el momento de que te honremos y cuidemos a ti.

 

La carta


César, ¡cuánto te echo de menos!

Esos paseos interminables por Famara. Tu cuerpo libre de prejuicios sintiendo viento, tierra y océano. Sé que ahora descansas conmigo, y eso me llena de orgullo. Añoro la pasión y la fuerza que podía sentir cuando trabajas y, sobre todo, cuando defendías tu tierra ante las pretensiones de gente sin alma que quería destruir lo que miles de años permaneció virgen, puro y salvaje.

Gracias por amarme sin medida, por esculpirme con tanta delicadeza y cariño, y por llevarme siempre en el corazón.

¡Cuánto te echo de menos, César!

Siempre tuya:

Lanzarote.

 

La vida entre burbujas


Dicen que aquellos que parecen estar encerrados en su propio mundo, a espaldas de la verdad, viven en una burbuja. César vivía en cinco y, muy al contrario de lo que se pueda pensar, eran otros los incapaces de ver la realidad.

Muy pocos le entendían, a muchos incomodaba porque, aunque su cuerpo envejecía, seguía siendo un niño de alma pura y cristalina mirada.

 

Sin Título


Por las orillas de su amada playa corretea salvaje el muchacho. Las espumas de mar le brindan jallos y caracolas, con las que el niño César crea su propio universo. Pinta en la arena brillantes peces, su pincel la yema de sus dedos. El tiempo parece detenerse mientras las sirenas de Famara le despeinan el alma. Allí, en esa playa agreste y solitaria siente una revelación. Su corazón le habla, y él lo escucha. Comprende que, a su debido tiempo, debe partir en busca de la enseñanza necesaria. Sabe que algún día regresará para devolver el legado de sus musas.


Sin Título


Es feliz soñando con la belleza de La Cueva de los Verdes, del Jardín de Cactus, del Mirador del Río?

Sueña con una Charca limpia, entre dunas; con un Lago Martiánez en El Confital; con la magia del istmo desapareciendo a capricho del Atlántico.

Gran Canaria sueña con César.

Pero luces y sirenas la despiertan. La cumbre vuelve a arder. El asfalto tapa sus barrancos. Hay basura por todas partes. La isla es un vertedero.

Gran Canaria muere esperando que alguien la ame como César amó a Lanzarote.

Gran Canaria quiere dormir y soñar con César. Sólo así encuentra esperanza.