Tribunales

Tres de los acusados reconocen que asaltaron la casa del carpintero José Antonio Perera en La Florida

Cinco de los acusados del asesinato al carpintero de San Bartolomé cambiaron su testimonio durante la celebración del juicio este martes

Juicio por el Asesinato de José Antonio Perera (Foto: Andrea Domínguez)

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial ha continuado este martes en Lanzarote con el juicio contra los siete acusados de robar y dar una paliza que le causó la muerte dos meses después al carpintero de San Bartolomé José Antonio Perera en 2016.

Al comienzo del segundo día de la vista oral, cinco de los siete acusados declararon ante la Sala la necesidad de repetir la declaración que habían prestado tan solo un día antes y en la que habían negado todos los hechos. Tres de ellos reconocieron su implicación en el asalto a la vivienda.

Narciso Gutiérrez Acosta (alias El Peón), Nestor David Padilla (alias El Calvo), José Miguel Betancort (alias El Gordo), Juan Antonio Delgado y Enrique González repitieron que se sintieron “presionados en el calabozo” antes de la celebración de la primera sesión del juicio y ahora quieren “decir la verdad”. 

Por su parte, Ángelo Delgado (alias El Loco) se mantuvo en la declaración del día anterior, cuando negó su relación con los hechos. El letrado de Ángelo, compartido con su padre Juan Antonio Delgado, renunció a continuar defendiendo a Juan Antonio y su asesoramiento jurídico fue asumido por la letrada de otro de los acusados para evitar la suspensión del juicio.

Nuevos testimonios  

Durante la nueva declaración, Narciso Gutiérrez (alias El Peón) confesó ante la Audiencia Provincial que fue parte del primer grupo que entró a la vivienda, junto a él sitúa a los también acusados José Miguel Betancort (alias El Gordo) y a Sandra Viviana Ramírez. Además confesó que estaban ataviados como agentes de la Guardia Civil para fingir que investigaban un delito de blanqueo de capitales y poder así entrar a la casa.

Los propietarios de la vivienda fueron maniatados y con la cara tapada con unas fundas de cojín, según han declarado los autores confesos. 

Gutiérrez aseguró que no se acuerda de quién ató al propietario, pero reconoce que sí dio “algún golpe” a la víctima aquel 18 de enero. Junto a él, José Miguel Betancort (El Gordo) también confesó haber asaltado la vivienda con el objetivo de llevar a cabo un robo. 

En su nuevo testimonio, Betancort negó haber golpeado al fallecido e insistió en que “no vio ni un golpe” hacia la víctima. A pesar de ello, la Fiscalía resaltó que Perera sufrió daños en la cabeza, además de en otras partes del cuerpo, producidos por una paliza. Dos meses después, un trombo acabó con su vida.  

Minutos después que el resto de la banda, el también acusado Néstor David Padilla (El Calvo) asaltó la vivienda de José Antonio Perera, durante su intervención incriminó al también acusado Ángelo Delgado (El Loco), a quien acusa de haber entrado en ese momento con él.

Tras ello, Padilla sitúa junto a él, a la acusada Sandra Viviana Ramírez, que continuó defendiendo este martes que no entró a la vivienda aquel día. “Yo me quedé en todo momento con la señora. Estaba maniatada, con una funda de cojín en la cabeza”, reveló Padilla. En ese tiempo, añade que el resto de la banda estaba con el propietario José Antonio Perera, en una habitación a parte. 

La actuación policial, que se ratificó este martes frente al Tribunal, situó también dentro de la casa de Perera, en La Florida, al acusado Antonio Enrique González García (alias El Ciego), que durante su nuevo testimonio negó otra vez su implicación en el asalto a la vivienda, pero aseguró que consiguió una “pata de cabra”, un tipo de palanca, que Narciso le había pedido para usar en el robo. Sus presuntos compañeros en el robo aseguran que él condujo el coche robado de la familia que emplearon en la huida.

Sobre la posible implicación de Sandra Viviana, durante la declaración de uno de los agentes de la unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil que participaron en la investigación, se insistió en que la mujer que entró a la vivienda era “una mujer rubia que no pudo ser identificada” y niega que pueda tratarse de Sandra Viviana Ramírez "por sus características físicas", ya que es de tez oscura y pelo oscuro y no coincide con la edad indicada por los testigos ni con la altura. “Por mi criterio no era Sandra la que estaba dentro de la casa, con respecto a lo que describen las víctimas”, resaltó un agente.

Durante la declaración del testigo, apostilló que esta banda “funciona como una organización criminal" y que entraron a la vivienda "con el objetivo de encontrar una caja fuerte, que pensaron que tenían” los propietarios. Durante el robo se llevaron “algunas joyas y un vehículo” propiedad de la víctima. 

Además otro de los agentes que intervinieron en la operación reveló que está "convencido de que le hemos salvado la vida a alguien" y que los detenidos "iban a realizar otro golpe".

Situación de la víctima

Después de que los acusados abandonaran la vivienda, los primeros en llegar fueron una pareja de agentes de la Policía Local de San Bartolomé. "José Antonio estaba en el suelo tumbado, boca arriba, con los pantalones bajados hasta las rodiillas, los pies atados y con la ropa interior bajada", relató uno de los agentes durante su intervención, exponiendo así los métodos de tortura que habían usado contra él. 

Su mujer lo había cubierto con "mantas" o "toallas" que cubrían toda la sangre. Además, la pareja de policías resaltó que la zona que más sangraba era la cabeza. Además, la mujer, que fue la que alertó a los agentes, les trasladó su temor de que le ocurriera algo a su hija pequeña, que en esos momentos estaba en el colegio. Por ese motivo, desplazaron hasta el centro educativo a una patrulla de la Policía Local. 

Tras ello, llegaron los servicios sanitarios, agentes de la Guardia Civil de San Bartolomé y agentes de la Unidad Órganica de la Policía Judicial que se desplazaron desde Gran Canaria tras ser informados de "la gravedad" de lo ocurrido. 

Días después de los hechos, con la víctima aún en el hospital, cogieron declaración a José Antonio Perera, quien aseguró que entre los métodos utilizados contra él, le propinaron descargas eléctricas. Así pues, los agentes indicaron que días previos al robo, habían vigilado la vivienda.