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Leopoldo Díaz, sobre la lucha contra los hoteles ilegales en Lanzarote: "Nunca fue una cuestión ideológica"

El origen de el Plan Insular fue "exactamente el mismo que se está planteando ahora: no podemos ir a un crecimiento turístico que desborde la capacidad de acogida de la isla, que desborde nuestro paisaje", indaga el exdirector de la Oficina del PIOL

El exjefe de la Oficina del Plan Insular del Cabildo de Lanzarote, Leopoldo Díaz, durante una entrevista con La Voz.

Cuando Leopoldo Díaz llegó como jurista al Cabildo de Lanzarote, la isla estaba inmersa en un debate para frenar el crecimiento turístico desbocado. Eran los años 90 y el archipiélago vivía un crecimiento espectacular, con el desarrollo de miles de camas hoteleras y extrahoteleras en todas las islas. Lanzarote fue una isla adelantada que legisló para frenar el turismo desmedido en aras de proteger su mayor activo: el paisaje y el medioambiente, por lo que planteó una moratoria turística en su plan de ordenación ya hace más de 30 años.

A pesar de estos avances, el Plan Insular no se respetó y durante su primer lustro como director de la Oficina del Plan Insular, Polo Díaz batalló contra las licencias otorgadas por el Ayuntamiento de Yaiza para construir decenas de hoteles en Playa Blanca al margen de la ley. "Nunca fue una cuestión ideológica, nunca actuamos por nuestra cuenta. Siempre lo hicimos a instancia del poder político", adelanta durante una entrevista con La Voz

 

El pasado y el futuro de Lanzarote

A finales de los años 80, el artista más internacional de la isla, César Manrique ya alertaba de la necesidad de poner coto al auge turístico y al crecimiento urbanístico sin control, que iban de la mano. Las reivindicaciones que el artista multidisciplinar repitió hasta su muerte en 1992, se mantienen más vivas que nunca en un archipiélago hastiado por el turismo de masas. "César era muy intuitivo, muy pasional y muy elemental también. Elemental en el sentido de que tenía unas ideas fuertes, muy sencillas, pero que la gente entendía perfectamente", expone Leopoldo Díaz.

El entonces presidente insular, Enrique Pérez Parilla fue el encargado de "recoger el testigo" de las reinvindicaciones de Manrique y de llevar a pleno el inicio del nuevo documento de ordenación. A raíz de ello, en 1990, Díaz entró al Cabildo de Lanzarote como jurista de la Oficina del Plan Insular, luego en el 95 pasó a ser su director, cargo que ocupaba hasta su jubilación hace poco más de un mes.

"Es un plan totalmente innovador para esa época, por muchísimas razones", defiende Díaz. Aunque han pasado más de 30 años, el origen de el Plan Insular de Ordenación de Lanzarote (PIOL) fue "exactamente el mismo que se está planteando ahora: no podemos ir a un crecimiento turístico que desborde la capacidad de acogida de la isla, que desborde nuestro paisaje, que suponga un deterioro de nuestros servicios públicos, que fuerce a que nuestras infraestructuras haya que adaptarlas".

Por ello, espera que el futuro Plan Insular anunciado por el Cabildo, mantenga "el marco de contención" que ya tenía el del 91 y que paute directrices sobre las viviendas vacacionales. El Plan del 91 estableció unos "ritmos" y unos "techos" de crecimiento, una "capacidad alojativa máxima en la isla", que limitaba hasta donde crecer cada cuatro años para evitar rebasar los límites establecidos.  

El actual, debe también atajar el crecimiento en camas turísticas, de la manera más rentable posible para las instituciones. De los debates que hoy surgen para establecer una tasa turística y la opción de emplear las ganancias en desclasificar el suelo turístico no consolidado o en encontrar mecanismos legales para no tener que pagar indemnizaciones millonarias, ya indagaron largo y tendido los creadores del PIOL del 91. Sin embargo, este debate actualizado tendrá que darse entre los hacedores del nuevo Plan. 

 

Licencias turísticas al margen de la ley

"Cuando la administración funciona no solamente es porque determinados cargos públicos o políticos abanderen, que también es necesario, sino porque detrás de ellos hay un cuerpo de empleados públicos serios y trabajadores", expone el jurista. En sus más de 30 años al frente de la Oficina del Plan Insular del Cabildo de Lanzarote, con algunos parones en el camino, Díaz recolectó varias luchas por la defensa de la ley. Ahora, al echar la vista atrás sobre sus años en la administración abandera el trabajo realizado. 

"Creo que con los medios que hemos tenido, hemos cumplido, con todos nuestros errores y meteduras de pata, se ha trabajado con seriedad. Se ha puesto en marcha un Plan Insular con que en el que más allá de la propaganda realmente en el fondo no creían tantos", expone durante la entrevista.

A pesar de los avances que instaló el Plan Insular de Ordenación de Lanzarote del 1991, no se cumplió en muchos aspectos. "Esa fue una de las grandes batallas de Política Territorial del Cabildo", recuerda Díaz, tras nueve años desde su aprobación, "en el año 2000, con Pérez Parrilla como presidente, se planteó la cuestión: ¿Se está aplicando el Plan Insular? No, no se estaba aplicando". 

A partir de ese momento, el Cabildo impugnó en los Tribunales aquellas licencias turísticas que se habían dado en contra del Plan Insular. Díaz reivindica el papel de la Oficina en la persecución de estas licencias hoteleras ilegales. "A pesar de que se ha manipulado mucho en la isla por determinados sectores, lógicamente nunca fue una cuestión ideológica. Lo que hicimos por decisión política, por decisión del presidente del Cabildo, fue impugnar las licencias", añade. Entonces, rastrearon "las licencias que incumplían", con ayuda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como resultado, más de 22 establecimientos hoteleros vieron afectadas sus licencias, aunque en la actualidad la mayoría han podido legalizarse. Además, expone que "presidentes del Cabildo de todos los colores políticos impugnaron licencias". 

"Fue un éxito desde ese punto de vista, se comprobó que efectivamente se estaba defraudando el Plan Insular", indica Díaz. En este sentido, aún a día de hoy tres establecimientos "no han visto resuelto su expediente de legalización" y "tienen serias dificultades para poder ser legalizados". En concreto, el Papagayo Arena, el Son Bou o el Princesa Yaiza siguen alojando turistas sin estar legalizados e incumpliendo la normativa urbanística. 

En este sentido, el exdirector de la Oficina del Plan Insular expone que desde las administraciones "somos muy dados a planificar, a legislar, pero muy poco a cumplir y la administración a inspeccionar".

De sus mejores años en la administración no destacaría ninguno en especial. Sin embargo, el peor lo tiene claro: "Es público y notorio cuál ha sido mi peor momento, cuando fui cesado, los Tribunales me dieron la razón, por lo cual me tuvieron que reponer en mi puesto". Díaz fue cesado en 2015 por el entonces presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés (CC). Sin embargo, tras ganar la batalla en los Tribunales, la justicia ordenó su vuelta al frente de la Oficina. 

Hotel Papagayo Arena

 

 

 

El futuro de Lanzarote y La Graciosa en los Planes de Ordenación

Los planes de ordenación son el mecanismo fundamental para que tanto Lanzarote como La Graciosa puedan hacer frente a la saturación turística, como ya lo hizo en su momento el PIOL. 

Para el exfuncionario, el documento apropiado para atajar el posible decrecimiento de La Graciosa es la aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Archipiélago Chinijo. "Sería el documento adecuado para establecer qué hacer para que La Graciosa no se convierta en un espacio con una demografía insoportable o con una afluencia turística insostenible que deteriore sus valores ambientales y sus recursos naturales".

A esta situación, suma la futura ley que regulará las viviendas vacacionales y que entrará en vigor previsiblemente antes que la aprobación del PRUG. El futuro de la octava isla, para Leopoldo Díaz, debe partir de "un equilibrio", en el que convivan "los valores de protección y también "los intereses económicos legítimos de la población. Hay que conciliar equilibradamente esas dos cosas".

Mientras tanto, sobre el futuro del alquiler turístico expone que "la vivienda vacacional hay que regularla, pero no puede ser la víctima de todas las regulaciones". La existencia de los alquileres turísticos ha desbaratado los planes del PIOL. En este sentido, aunque al Plan del 91 contemplaba el crecimiento hotelero, se centraba en las construcciones convencionales, pero la vivienda vacacional ha aumentado exponencialmente el número de camas turísticas que se encuentran en la isla.  

 

 

Su etapa como viceconsejero

En la pasada legislatura, con Ángel Víctor Torres como presidente del Gobierno de Canarias, Díaz se convirtió en viceconsejero de Planificación Territorial del Gobierno de Canarias. De esta etapa reciente, que fue una pausa en su trabajo como jefe de la Oficina, destaca el aprendizaje obtenido. "Inquietud política siempre he tenido, jamás se me había pasado por la cabeza pasar por la política, sobre todo porque creo que yo tengo un carácter que que no es muy político", expone. 

El jurista indica que esta experiencia llegó a su vida en el momento adecuado. El PSOE le ofertó ocupar este puesto, "sin condiciones ni necesidad de afiliarse al partido" y él aceptó. "Me vino bien que fuera en la última etapa, porque después volver a tu puesto en la administración, aunque yo volví, pero por muy pocos meses porque ya me iba a jubilar, ya te marcan políticamente y es lógico e inevitable".