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La ciencia trata de desvelar la realidad de los fondos marinos de Lanzarote

El 'Proyecto Amplía' busca analizar los fondos marinos de la isla para hallar zonas de importancia ecológica, cultural o geológica y velar por su protección

Científicos del 'Proyecto Amplía' bucean en las aguas de Lanzarote. Foto: Juan Mateos.

Un nuevo proyecto científico busca analizar los espacios marítimos de Lanzarote y el resto de islas orientales para conocer cuál es el estado de sus recursos marinos y determinar si se amplía hacia el mar la protección de la Reserva de la Biosfera.

En concreto, se trata del Proyecto Amplía, liderado por el Grupo de Biodiversidad y Conservación (BIOCON) del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA), que ya está haciendo los primeros análisis en los fondos marinos de Playa Chica en Puerto del Carmen.  

"En Lanzarote hay zonas que aún no están protegidas e incluidas en la Reserva de la Biosfera", arranca el director del Departamento de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Juan Castro, encargado de la dirección del Proyecto Amplía. En la actualidad, la Reserva de la Biosfera se extiende hasta las aguas del Archipiélago Chinijo y La Graciosa y a parte del noroeste insular, pero una gran parte del litoral insular no está cubierto aún. 

Es por ello, que la citada investigación busca, a través de un análisis de los espacios marinos, determinar qué nuevas ubicaciones podrían protegerse o, en algunos casos reestructurarse. Para ello, ofrecerán una base científica y analítica a las decisiones institucionales.

"Generar una discusión en base a la disposición científica existente y no en base a opiniones personales", defiende el director del 'Proyecto Amplía'

"Estos criterios ayudan a ver por qué se coloca el núcleo [zona de protección estricta] en un sitio y no en otro, por qué razón [la Reserva de la Biosfera] se amplía a toda la costa insular o no", explica Castro. En la actualidad, los espacios protegidos se dividen en tres áreas de zonificación: zona tampón, núcleo y espacios de transición.

Las zonas núcleo son aquellas que abogan por la preservación de los ecosistemas y de la diversidad biológica y donde la protección es más estricta. Mientras tanto, las zonas tampón o de amortiguamiento son las que están en el entorno del núcleo y donde se prevén actividades que no atenten contra la conservación del espacio y en las zonas de transición se permite el desarrollo socioeconómico, es decir, las actividades productivas, como la pesca o los deportes acuáticos recreativos.

Asimismo, en este caso no solo se tendrán en cuenta los espacios con un valor ecológico, sino que entrarán en juego factores geológicos o culturales. "Por ejemplo, un lugar que tiene una leyenda", añade.

Científicos del 'Proyecto Amplía' durante una inmersión de buceo en Lanzarote. Foto: Juan Matos.

 

Primera fase del proyecto

La capacidad humana y económica del trabajo de investigación, valorado en 200.000 euros, reduce el área de trabajo a las islas orientales. El Proyecto Amplía se encuentra en su fase inicial y todavía no se han llevado a cabo todas las contrataciones. En la actualidad hay nueve profesionales, entre técnicos, doctores y personal externo, trabajando en esta iniciativa. Algunos de ellos harán campañas en el mar, mientras que otros realizarán un análisis teórica y matemático en el laboratorio.

En este punto, seis expertos ya están recopilando información de los fondos marinos de la isla con campañas de buceo. En esas inmersiones van elaborando un censo visual. Tras ello, analizarán los datos y se estudiarán los indicadores que reflejen en qué situación se encuentran los recursos, los ecosistemas y las especies en cada área. 

Al mismo tiempo, los expertos se entrevistarán a ciudadanos y analizarán los censos de datos públicos en relación a los litorales, para construir su propio modelo. 

Una vez analizados los recursos, se crearán "grupos de interés" para la gestión de estas Reservas. "Estos grupos de interés estarán conformados por pescadores, buceadores, pescadores recreativos, organizaciones no gubernamentales y administraciones", puntualiza José Juan Castro. Los datos científicos servirán para informar a los grupos económicos y sociales de cuál es el estado de los fondos marinos de cada isla y a raíz de ello tomar decisiones conjuntas de cómo protegerlos. 

"Las protecciones actuales no están estructuradas en base a información científica y eso es lo que necesitamos evitar, generar toda esa información básica para que las decisiones tomadas sean acordes con el estado real de los recursos y ecosistemas". 

Una Reserva de la Biosfera no es una Reserva Marina

La iniciativa del Proyecto Amplía pretende extender la Reserva de la Biosfera hacia el mar, pero no debe confundirse con una reserva marina. En la provincia oriental solo existe una reserva marina y es la que está en el norte de Lanzarote, en la isla de La Graciosa. "La reserva marina permite pescar cierta cantidad de días, unos kilos determinados y existen muchas más restricciones y está más limitada. Los pescadores solo pueden pescar con anzuelo y no usar nasa o redes", explica, incluso hay áreas donde está prohibida la pesca, como en el Roque del Este.

Frente a ello, la Reserva de la Biosfera cuenta con una "protección un poco más cooperativa entre ciudadanos. No es tan rígida y estricta, sino donde hay mayor participación ciudadana". En este sentido, no se trata de prohibir sino de llegar a consensos con la población para preservar estos espacios, aunque pueden llegar a establecerse medidas coercitivas en caso de que sea necesario.