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Un catedrático experto en Geografía Humana: "Nosotros somos los que tenemos que estar a gusto con el turista"

"Da la impresión de que a partir del 20A se están precipitando y que son muchas más las respuestas paliativas, que las pensadas y, sobre todo consensuadas", indica el doctor de la Universidad de La Laguna Moisés Simancas

El catedrático experto en Geografía Humana de la Universidad de La Laguna Moisés Simancas

"El objetivo fundamental del turismo es la mejora de la calidad de vida de los residentes. Nosotros somos los que tenemos que recibir y estar a gusto con la gente que recibimos en nuestro espacio", explica el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna Moisés Simancas. Este experto atiende a La Voz tras las manifestaciones del pasado 20 de abril, cuando la población de Canarias salió a la calle para pedir un cambio de modelo económico y poner fin al turismo de masas.

Simancas sitúa el comienzo de este "cabreo social" y "hartazgo" desde la pandemia por coronavirus. "El confinamiento ha marcado un cambio, un proceso de reflexión en la sociedad", relata el experto, galardonado con el premio Viera y Clavijo (2004) de investigación. 

Para Simancas, el hartazgo de la población canaria se debe "a diferentes factores", aunque considera que "se utiliza al turismo como el elemento de articulación de ese cabreo". Entre los problemas sociales enumera el hastío hacia el modelo socioeconómico y el aumento de la concienciación en materia de sostenibilidad, la escasez de vivienda, la saturación de espacios esenciales, como sucede con los hospitales o las carreteras en las islas con más visitantes o la sobrecarga de los espacios naturales. 

Este cabreo social se da de bruces con la realidad y es que para este catedrático "ahora mismo no existe en Canarias una alternativa el turismo, cualquier región mundial apuesta por el turismo siempre y cuando tenga recursos potenciales para favorecerlo". 

Estas reivindicaciones, de las que ya se ha cumplido más de un mes, venían acompañadas de peticiones como la aprobación de una nueva moratoria turística para evitar la construcción de más hoteles y alojamientos extrahoteleros en el territorio canario. También se exigió la implantación de una ecotasa finalista para cobrar por las pernoctaciones en el archipiélago, así como destinar el dinero a la preservación del medioambiente; y limitar la compra de viviendas por parte de extranjeros no residentes. Por el momento, todas las medidas han sido descartadas por el Gobierno de Canarias, liderado por Coalición Canaria y el Partido Popular.

Sobre la ecotasa, Simancas revela que al final, "los turistas están encantados por pagar un precio por acceder a un área protegida, están acostumbrados e incluso lo ven con agrado siempre y cuando se dé un servicio de altísima cualificación".

El único paso que por ahora sí ha anunciado el Gobierno regional es la redacción de una ley que regule las viviendas vacacionales, uno de los grandes rompecabezas para la gestión del turismo en Lanzarote, La Graciosa y el resto de Canarias. Por el momento, el Ejecutivo regional ya ha presentado un polémico anteproyecto de la Ley de Vivienda Vacacional, que ha disparado las nuevas altas de alquileres de este tipo en la isla. 

En la actualidad, a pesar del éxito de las convocatorias, este experto alerta del peligro de "empezar a tomar medidas sin pensar, que responden más a una moda o, a dar una respuesta más rápida que necesaria." Me da la impresión de que a partir del 20 de abril se están precipitando y que son muchas más respuestas paliativas, que respuestas pensadas y, sobre todo consensuadas", indica. 

 

 

La proliferación sin limite del alquiler vacacional

"No estamos aumentando el número de turistas, tenemos los mismos, pero se están alojando en sitios diferentes", expone Simancas. Los visitantes ya no se hospedan únicamente en las áreas reservadas para hoteles y apartamentos turísticos, sino que se reparten por todos los rincones de la isla en viviendas vacacionales. 

Este catedrático experto en Geografía Humana indica este hartazgo se expuso tras la proliferación incontrolada de alquiler vacacional, sobre todo en espacios no turísticos. Desde casas vacacionales en La Graciosa, con un ratio de 89 alojamientos vacacionales por cada 100 habitantes, a alojamientos ilegales en espacios rurales de Lanzarote o en pueblos tradicionalmente residenciales.

"Hasta prácticamente el decreto del año 2015, el turismo se limitaba a las áreas turísticas de litoral, el 2% del territorio de Canarias. A partir de 2015, cuando una actividad que es turística se prohíbe en las áreas turísticas, empieza a proliferar por cualquier espacio no turístico", recuerda Simancas. 

El doctor de la Universidad de La Laguna indica que desde la aprobación del decreto 113/2015, del 22 de mayo, en el que se dio luz verde al Reglamento de la vivienda vacacional de Canarias, este tipo de alojamientos coparon otros rincones de las islas.

"A pesar de esta prohibición, la vivienda vacacional también ha crecido en las zonas turísticas, donde se concentran un 46% de las licencias", añade Simancas. 

Frente a las desventajas del auge de la vivienda vacacional, esta oferta alojativa también se ha planteado como un elemento de "democratización del turismo". La población local con una segunda vivienda está pudiendo beneficiarse de forma directa de los visitantes que llegaban a las islas. Sin embargo, el propio Ejecutivo canario ha revelado que existen grandes tenedores de viviendas, donde hay empresas que gestionan hasta 500 vacacionales en Canarias. 

A la hora de regular la vivienda vacacional, aconseja que se haga atendiendo a la realidad particular de cada isla. "Me parece superinteresante el alquiler vacacional para espacios rurales o las islas verdes, pero yo creo que en otras islas, donde tenemos una oferta alojativa reglada bastante importante sí deberíamos de plantear una moratoria turística", añade. 

Una de las viviendas vacacionales ofertadas en Playa Blanca, Yaiza. Foto: Juan Mateos.

 

 

Hartazgo entre los grandes destinos turísticos

Este cabreo social que se vive en las islas Canarias no ocurre solo en el archipiélago, sino que se da en otros países y también en otras comunidades autónomas, como es el caso de las islas Baleares. Hace una semana más de 10.000 personas se manifestaron en Mallorca para pedir el fin del turismo de masas.

"A escala mundial, la sociedad necesita o exige que se establezcan unos límites, que es un elemento inherente a la sostenibilidad, y sobre todo se está pidiendo que se gestione", resalta el catedrático.  

"Está estudiado desde el punto de vista sociológico cómo, en un momento determinado, en cualquier sociedad que intenta plantear un acercamiento al turismo, hay una fase de expectativa, de ilusión y de incertidumbre. Una vez que se va consolidando el turismo, y nos damos cuenta de esas expectativas que había generado la actividad turística, por una mala planificación o por irritación por parte de la sociedad, no siempre se han dado", resalta.

 

Una segunda moratoria turística en Canarias

No es la primera vez que en Canarias se pide un decrecimiento turístico. Ya en 2001 se planteó una moratoria turística en las islas, que se aprobó en 2003, para controlar el crecimiento de alojamientos hoteleros y extrahoteleros.

"La diferencia con este caso, es que aquello surgió de grupos ecologistas muy minoritarios y de una estrategia política establecida. Sin embargo, el 20 de abril fue una movilización que emana de muchos movimientos sociales y donde, desde la población, ya se ha generado una especie de rechazo", apostilla Simancas. 

"Cuando íbamos a dar conferencias hace algunos años, ya veíamos que existía gente que era muy crítica con el modelo turístico, que no es perfecto, es muy poliédrico y mucho de sus lados tienen problemas, que hay que empezar a atajar", continúa. 

 

Soluciones desde abajo 

Simancas invita a reflexionar: "Después del 20 de abril estamos en un proceso que, contando con la sociedad, los empresarios, con la política y la parte académica podríamos plantear una especie de pacto por el territorio o pacto por el turismo, donde podamos definir y evitar soluciones paliativas o poner parches". 

"En Canarias somos líderes a escala europea en nuestro modelo y, no lo digo porque tengamos esa necesidad de conseguir el máximo récord, que me parece un disparate y eso nos lo tenemos que empezar a plantear. Tenemos que empezar a eliminar esas debilidades y conseguir que el turismo se convierta en el eje tractor del resto de la economía".

Entre otras medidas propone que las empresas turísticas se integren mucho más en la sociedad, a partir de la responsabilidad social corporativa. "Que desarrollen proyectos finalistas y que la sociedad podamos verlo".